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Manu observa las caras norte de Sierra Nevada

Espolón de la Alcazaba en Sierra Nevada

Alpinismo en Sierra Nevada

Aunque he titulado este artículo “Espolón de la Alcazaba”, al igual que ocurrió cuando hicimos la Arista de la Ruptura Democrática al pico Juego de Bolos, esta es solo una pequeña parte de una actividad de tres días de duración en la que hicimos otras muchas cosas. La ruta resultó larga, con gran desnivel y muy buen ambiente. Vamos, completa.

Al Espolón entramos desde el Vasar de la Alcazaba por la Laguna de la Mosca. También existe la posibilidad de hacerlo desde la Vereda de la Estrella. De ese modo hay que trepar desde más abajo aunque la escalada propiamente dicha es la misma. Como organizador de la actividad preferí entrar por el Vasar por dos motivos: primero porque no lo conocía. Segundo, porque mi idea era pasar el mayor tiempo posible en altura para aclimatar de cara a mi viaje a Alpes previsto para agosto, y esta ruta discurre toda ella por encima de 2.500 m. Además en la Vereda de la Estrella había estado hacía menos de un mes cuando hice la Arista de la Ruptura Democrática.

Barranco de San Juan en Sierra Nevada
Barranco de San Juan

Esta magnífica actividad (de las mejores del año) la hice con mi amigo Manu con quien ya escalé la Cresta de la Pez en Pirineos y con quien también he realizado numerosas salidas en Alicante este verano. Discurre por lugares salvajes y solitarios del Parque Nacional de Sierra Nevada en un entorno único. Nos salió todo a pedir de boca y además, a pesar de realizarla en pleno mes de julio, no pasamos ningún calor. Hasta en eso tuvimos suerte.

Estación de esquí de Sierra Nevada – Corrales del Veleta

El viernes 21 de julio a las 20:30h comenzamos a caminar desde el aparcamiento que hay frente al Albergue Universitario en la estación de esquí de Sierra Nevada. Nos dirigimos hacia el antiguo observatorio astronómico hoy en desuso. Desde el observatorio cambiamos de vertiente, nos internamos en el Barranco de San Juan y abandonamos la civilización. Es curioso, porque estamos justo al lado de la estación de esquí con sus modernas y sofisticadas instalaciones, pero ya se percibe el lado salvaje de la Sierra. El ambiente ha cambiado radicalmente.

Caminamos por una senda hacia el barranco y lo cruzamos buscando las Crestas del Campanario. Los mojones que marcan el camino nos dirigen directamente a la entrada del Veredón Inferior. Cuando llegamos ya es de noche así que bajamos con la única iluminación de nuestros frontales.

Manu en el arroyo que nace en la Laguna Gabata
Manu en el arroyo que nace en la Laguna Gabata

Tras recorrer todo el Veredón, en el que no hay ni una pequeña mancha de nieve, pasamos junto a un cobertizo natural formado por varias rocas. Una hace de techo y otras de paredes. Los pequeños huecos que quedan han sido cerrados con piedras por algún montañero que ha aprovechado la oquedad para vivaquear en ella. Incluso se ha molestado en traer hasta aquí unas esterillas, así que imagino que lo usarán con cierta frecuencia. No lo dudamos, pasaremos aquí la noche.

Nos instalamos, cenamos y nos vamos a dormir.

Corrales del Veleta – Espolón de la Alcazaba

Nos despertamos con los primeros rayos del día y tras desayunar nos ponemos en marcha. Hoy tenemos por delante una larga jornada en la que haremos, entre otras cosas, tres tresmiles y más de 2.000 metros de desnivel.

Lo primero es cruzar la cabecera del Barranco del Guarnón para dirigirnos al collado de Veta Grande. Llegar al collado exige una dura subida, pero una vez arriba la vista hacia el Corral de Valdeinfierno es magnífica. La Alcazaba (3.369 m) se ve aún muy lejos.

Tras pasar el Corral de Valdeinfierno vemos frente a nosotros la Laguna Gabata y la Laguna Grande. Esta noche tenemos pensado vivaquear aquí, así que no tiene sentido cargar con nuestras pesadas mochilas durante toda la actividad. Buscamos un lugar donde esconder lo innecesario y allí lo dejamos. Lo que más nos preocupa son los zorros, muy abundantes en toda la Sierra, así que nos empleamos a fondo escondiendo los enseres.

Aprovechamos la parada para tomar algo y rellenamos las cantimploras del agua que baja de la Laguna Gabata. También disfrutamos de la vista. Habrá quién aquí no vea más que piedras, pero a mi este paisaje lunar me resultar espectacular y salvaje.

Laguna de la Mosca, Puntal de la Caldera, Juego de Bolos y Veleta al fondo
Laguna de la Mosca, Puntal de la Caldera, Juego de Bolos y Veleta al fondo

Nuestra ruta continúa rodeando el Puntal de la Caldera (3.222 m), al que ascendí hace años desde la otra vertiente de la Sierra, para encarar los últimos metros del Pico Juego de Bolos (3.033 m). Yo me conformo con hacer el pico secundario (al principal ascendí está primavera) pero Manú se quiere llevar el principal a casa. Le espero desde está atalaya observando frente a mí la actividad que tenemos por delante.

Desde aquí la norte de la Alcazaba parece absolutamente infranqueable, aunque se intuye por donde va el famoso Vasar, también el del Mulhacén. Los iremos descubriendo sobre la marcha.

Mientras espero a Manu llegan al lugar donde me encuentro unos corredores de montaña. Cambiamos impresiones y resulta que quieren hacer una actividad muy parecida a la nuestra. Su idea es subir a la Alcazaba a través del canuto norte. A mi me parece que el canuto es una actividad más de invierno, pero allá cada uno. En todo caso los chicos, de Sevilla, son muy majos y se les ve fuertes como robles.

Nos despedimos y salen antes que nosotros hacía la Laguna de la Mosca. Manu y yo aún nos entretenemos un rato tomando unos frutos secos y algo de agua.

Laguna de la Mosca
Laguna de la Mosca

Cuando llegamos a la Mosca los volvemos a ver. Están indecisos. La verdad es que la vista de la norte desde aquí impresiona, pero habrá que acercarse y echar un vistazo ¿no? Eso hacemos.

La senda está marcada con hitos y no tiene pérdida. Cuando por fin entramos en el Vasar de la Alcazaba alucino, es tremendamente ancho. La perspectiva desde enfrente engaña. Es, de lejos, mucho más ancho que el Veredón Inferior del Veleta. Disfrutamos del paseo hasta el espolón donde comienza la actividad que hemos venido ha hacer. O la excusa, porque aunque no hubiéramos escalado, el resto de la excursión sigue mereciendo la pena.

Por cierto, el Vasar de la Alcazaba, al igual que el del Mulhacén, es una senda colgada a media ladera que atraviesa de lado a lado y sin perder altura la cara más escarpada de la montaña. En algunos puntos se estrechan y aunque no tienen dificultad técnica, son sendas aéreas y con piedra suelta que conviene transitar con atención.

Espolón de la Alcazaba – Vasar del Mulhacén

Mientras nos preparamos (o más bien nos mentalizamos porque no hay mucho que preparar, por consejo de Andrés no hemos traído material de escalada) llegan lo sevillanos. Se les ve nerviosos y no tienen claro si seguirnos o continuar y subir por el canuto. Intercambiamos algunas palabras y tras decirles por donde discurre nuestra escalada se disipan sus dudas. La primera parte del espolón es la más delicada y desde aquí la famosa veta blanca que corta la pared impresiona, se van por el canuto. Nos despedimos deseándonos suerte mutuamente.

¡Ojo! Nosotros también estamos nerviosos. Son los nervios propios de antes de cualquier escalada, esos que hacen que los sentidos estén al 100%. Eso sí, tenemos las cosas algo más claras que ellos, todo recto y para arriba.

Manu en el Vasar de la Alcazaba
Manu en el Vasar de la Alcazaba

Me pongo en cabeza, pues Manu aunque tiene mucho monte no es escalador. En los primeros metros nos encontramos un bloque ligeramente separado de la pared que nos permite superar un paso de III. Algo más arriba está la veta blanca, el que se supone es el paso más delicado de toda la escalada (IV). Lo superamos sin problemas, pero después, justo tras relajarnos, me confundo de itinerario y me veo ligeramente enmarronado. Toca destrepar. Volver no va a resultar sencillo y hay que emplearse a fondo. Es solo un pequeño paso, pero nos pone en nuestro lugar.

Y es que el Gran Espolón de la Alcazaba no es una vía de escalada definida. Es más bien un caos de rocas donde se suceden las trepadas. Aunque en realidad, quitando el destrepe que nos hemos visto obligados a realizar, es más sencillo de lo que me esperaba. Lo peor es la incertidumbre de saber si vas o no por el lugar correcto y si en los próximos metros te verás nuevamente comprometido.

Superamos una cornisa característica, que va de izquierda a derecha. Es aérea pero hay buenos agarres. Después el terreno se hace más sencillo.

A lo lejos y varios metros a nuestra izquierda vemos una cordada perfectamente pertrechada. Están tan alejados de nosotros que creemos que están haciendo otra vía. Arriba nos enteraremos, porque nos lo dicen los sevillanos con quienes volvemos a coincidir, que en realidad están haciendo la misma actividad que nosotros. Pero me da la sensación que han cogido un camino equivocado pues están muy, muy a la izquierda, más allá del canuto. En todo caso llevan material de escalada así que podrán tirar de él si les hace falta. Nosotros, mucho más ligeros que ellos, avanzamos más rápido aunque también nuestro compromiso es mayor.

Después de varias trepas llegamos a un terreno donde volvemos a caminar, además comienza a haber algunos hitos que nos ayudan a orientarnos. Alguna otra trepa y salimos a un canchal que nos lleva directos a la cumbre.

Allí hay otros montañeros que han subido desde Siete Lagunas. Nos hacemos las fotos de rigor, comemos algo y esperamos a los sevillanos, más que nada por irnos de allí tranquilos sabiendo que les ha ido bien. Tardan un rato pero por fin les vemos. Celebramos junto a ellos la actividad y comentamos nuestra intención de ir a la cumbre del Mulhacén (3.479 m) por su ruta normal cruzando antes el Vasar del Mulhacén. Deciden unirse a nosotros hasta el final del Vasar, desde allí volverán, por la pista de la cara sur de la Sierra, a la Carihuela primero y a la estación de esquí después. Emprendemos el camino juntos.

Observando la Laguna de la Mosca
Observando la Laguna de la Mosca

Nos dirigimos al Puntal de Siete Lagunas (3.316 m) desviándonos unos metros antes de su cima para bajar por el Coladero, situado entre este pico y el Puntal de la Cornisa. Tras la bajada hacemos una media ladera en ligero ascenso para situarnos en la entrada del Vasar.

Podríamos obviar el Vasar y subir directamente desde donde nos encontramos al Mulhacén, pero la subida se ve incómoda, con gran pendiente y piedra suelta, además, yo nunca he hecho el Vasar del Mulhacén y tengo ganas de conocerlo.

Vasar del Mulhacén – Mulhacén

El Vasar del Mulhacén, al igual que el de la Alcazaba, atraviesa sin perder altura toda la cara norte de la montaña. Aunque es un sendero claro, es algo más estrecho que su vecino. Además hay que prestar atención si se entra por donde lo hemos hecho nosotros porque el sendero se divide en dos, uno que baja a la Laguna de la Mosca y otro que toma el Vasar. A punto estuvimos de terminar en La Mosca.

El camino es grandioso. A mitad del mismo hay una surgencia de agua donde paramos a rellenar nuestras cantimploras. Aprovechamos para echar la vista atrás y disfrutar de la magnífica perspectiva de la Sierra desde este lugar privilegiado.

Terminamos el Vasar y nos despedimos de nuestros amigos sevillanos, que mañana volverán a hacer exactamente la misma ruta porque hoy han perdido un iPhone de última generación en algún punto de la misma y lógicamente lo quieren recuperar. Se van algo apesadumbrados por la pérdida.

Cruzando el Vasar del Mulhacén con nuestros amigos sevillanos
Cruzando el Vasar del Mulhacén

Nosotros tiramos por la normal hacia la cumbre del Mulhacén. La ruta está literalmente tomada por montañeros de todo pelaje. Algunos con material de última tecnología (más propio del K2 que de estas latitudes), otros a los que más les valdría haberse quedado en casa, prácticamente en chanclas. Unos con mochilas que no puedo imaginar que llevan dentro, pero por su volumen es fácil que vayan a quedarse un mes en el monte, otros van de vacío. Nosotros realizamos la monótona subida a nuestro aire saludando a unos y a otros.

En la cumbre también hay bastante gente, además de unas cuantas cabras monteses bastante descaradas que están a la que cae. Tras unas fotos y tomar algo nos relajamos. Aunque hace bastante viento en toda la Sierra no se porque aquí no sopla absolutamente nada y con el sol de la tarde se está estupendamente bien. Se está tan bien que me tumbo en una piedra relajándome hasta casi dormirme. No tenemos prisa, al día le quedan aún muchas horas de luz y nuestro destino no está lejos.

Mulhacén – Laguna Gabata

Después de un rato bastante largo emprendemos la bajada. Bajamos por la ruta normal de la cara oeste hasta el refugio Vivac de la Caldera donde he pernoctado unas cuantas noches. Pero hoy lo pasamos de largo, ya que nuestro destino es la Laguna Gabata donde pasaremos la noche. No quiero ni imaginar la cantidad de gente que dormirá hoy aquí. En más de una ocasión he preferido salir y vivaquear a estar dentro con todo el mogollón.

Rodeamos la Laguna de la Caldera y emprendemos la dura subida de la cara este de la Punta de Loma Pelada (3.183 m). De este modo nos ahorramos la enorme vuelta que da la pista por el refugio de Villavientos. Tras la corta pero intensa subida salimos a la pista por la que caminamos durante un rato. Vamos atentos pues sabemos que tenemos que desviarnos por una senda que sale a nuestra derecha pasadas las lagunas de Río Seco. Es la senda del mirador de Ferrer y la verdad es que no tenemos ningún problema en encontrar su acceso pues está señalizado con dos hitos bastante hermosos.

Tomamos dicha senda y emprendemos la bajada. El lugar es hermoso y salvaje, además, teñido como está con las luces del atardecer se ve aún más bello. De pronto la vista se abre y podemos ver la Laguna Gabata 200 metros de desnivel debajo de donde nos encontramos. En ese momento Manu decide bajar a la carrera, hay varios grupos en la zona preparándose para vivaquear y teníamos fichado un sitio que es posible que nos quiten.

A pesar de la carrera no llega a tiempo, se nos adelanta una pareja que monta su tienda antes de nuestra llegada. Tampoco es grave, basta con buscar otro sitio. Lo hacemos a una distancia prudencial de la Laguna Gabata y sobre todo lejos de los borreguiles. Los borreguiles son pastizales húmedos situados a más de 2.000 metros de altitud, que están cubiertos de nieve gran parte del año y representan uno de los ecosistemas más frágiles y exclusivos del macizo montañoso. Están protegidos pues albergan una gran biodiversidad vegetal y es el hábitat de muchos endemismos de la Sierra.

Laguna Gabata en Sierra Nevada
Laguna Gabata

En torno a la laguna estamos 4 ó 5 grupos, algunos acampan con tienda y otros (como nosotros) simplemente vivaquean. Entre otros están algunos miembros de la Asociación Senderistas Fotógrafos, grupo de Facebook del que yo mismo formo parte. Aunque no conozco personalmente a ninguno de ellos, reconozco a Pepe Tárraga miembro del grupo y amigo virtual en la citada red social. Me presento e intercambio algunas palabras con ellos. Al igual que nosotros están haciendo una ruta por la Sierra pero además vienen cargados con cámaras y trípodes para hacer fotografía nocturna. Se espera una noche clara y despejada y quieren aprovechar.

Finalmente la noche no será tan buena como se esperaba e incluso cae alguna gota de agua. Nosotros estamos cansados y la verdad es que ni nos enteramos de lo a gusto que dormimos.

Laguna Gabata – Estación de esquí de Sierra Nevada

Por la mañana somos los últimos en despertar. Cuando abro los ojos, y antes aún de salir del saco, veo a los de la Asociación Senderistas Fotógrafos que ya están en marcha. No tenemos ninguna prisa ya que lo único que debemos hacer es volver sobre los pasos que hicimos ayer y antesdeayer hasta la estación de esquí. Calculamos que en unas cuatros horas estaremos allí.

Desayunamos, recogemos y nos ponemos en marcha. El camino de vuelta, que hacemos con la satisfacción de tener los deberes hechos, es muy agradable. Pasamos el Corral de Valdeinfierno, el Collado de Veta Grande y cuando llegamos a la cabecera del Guarnón nos cruzamos con el grupo Asociación Senderistas Fotógrafos. Están tranquilamente descansando en un prado. Intercambiamos unas palabras con ellos antes de continuar nuestro camino.

Nortes de Sierra Nevada
Nortes de Sierra Nevada

Subimos por el Veredón Inferior y volvemos por el Barranco de San Juan hasta el antiguo observatorio astronómico donde lo abandonamos y volvemos a la civilización después de casi tres días en uno de los lugares más hermosos y salvajes de Sierra Nevada.

Como he dicho algo más arriba, una de las mejores actividades del año con un gran compañero. Nos hemos compenetrado a las mil maravillas. Además confío en que el tiempo pasado en altura me sirva de aclimatación para mi próximo viaje a Alpes. Ya os contaré.

Galería de fotos

Mapa de la ruta

Resumen de la actividad

Nivel de esfuerzo Esfuerzo Alto
Duración de la actividad Duración Dos jornadas
Distancia Distancia 30,38 km
Desnivel Desnivel 3.074 m
Dificultad Dificultad AD
Tipo de ruta Ruta Circular
Entorno y medio
Zona donde se realizó la actividad Sierra Nevada
Lugar donde se realizó la actividad Parque Nacional de Sierra Nevada
Zona natural protegida Espacio natural protegido
Actividad con vivac Actividad con vivac
Tiempo durante la actividad Cielo despejado, temperatura agradable. A ratos ventoso
Descargar ruta en Wikiloc Ver en Wikiloc

Resumen de la actividad

Nivel de esfuerzo Esfuerzo Alto
Duración de la actividad Duración Dos jornadas
Distancia Distancia 30,38 km
Desnivel Desnivel 3.074 m
Dificultad Dificultad AD
Tipo de ruta Ruta Circular
Entorno y medio
Zona donde se realizó la actividad Sierra Nevada
Lugar donde se realizó la actividad Parque Nacional de Sierra Nevada
Zona natural protegida Espacio natural protegido
Actividad con vivac Actividad con vivac
Tiempo durante la actividad Cielo despejado, temperatura agradable. A ratos ventoso
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