Ruta de gran belleza que comienza en el pueblo de Quatretondeta y asciende al Plá de la Casa cruzando Els Frares, unas curiosas agujas calizas esculpidas por la erosión, que llegan a los 50 metros de altura y que constituyen uno de los puntos más atractivos de esta excursión.
Con intención de preparar un trekking para este verano y probar gran parte del material que llevaré y que hace tiempo que no uso, diseño está exigente ruta en la Sierra Serrella que incluye un mágico vivac junto a la nevera del Plá de la Casa.
Realizo la actividad en mayo, tras un mes de abril anormalmente lluvioso -con una precipitación media provincial que multiplica por 2,6 el valor medio-, lo que me permite disfrutar de la montaña en todo su esplendor, con el campo florido y una maravillosa variedad cromática.
Ruta senderista Quatretondeta – Els Frares – Penyet de les Creus – Coll de Borrell – Plá de la Casa
La ruta comienza en el pintoresco y aislado pueblo de Quatretondeta desde donde parten las sendas balizadas PR CV-23 y PR CV-24 que durante sus primeros kilómetros, hasta el Coll de Borrell, coinciden. La primera se dirige a Benasau, la segunda al Plá de la Casa.
Podría seguir este último PR para alcanzar mi objetivo, pero quiero cruzar Els Frares, lo que me obliga a abandonar el sendero balizado en el kilómetro 3 para retomarlo en el Coll de Borrell.
Estos PRs tienen su inicio junto al kilómetro 5 de la carretera CV-754, -la que une Quatretondeta con Facheca– y muy cerca de dicho lugar comienzo la ruta el sábado 21 de mayo a las seis de la tarde. Dispongo de tiempo suficiente para llegar a la nevera del Plá de la Casa, donde planeo dormir, antes de que anochezca.
Tomo el conocido como Camino dels Clots que aunque al principio está cementado, no tarda en pasar a pista de tierra.
Una primera cuesta da paso a un tramo llano. El camino rodea una espectacular encina conocida como la carrasca de la tía Sofía, un árbol, que sin ser monumental, es singular y de interés local.
Cruzo varios campos de cultivo y poco después alcanzo la zona de bosque formada por encinas aisladas, coscoja, jara, aliaga, romero y otras especies de monte bajo.
A pesar de que el mes de abril fue fresco y lluvioso, el verano parece que se ha adelantado, y camino bajo un calor anormalmente abrasador para un mes de mayo, así que al llegar a la Font de l’Espinal, que dista del pueblo tan solo 2,5 kilómetros, hago una parada para beber abundante agua.
Tras reponer líquidos continúo la ruta. Lo hago siguiendo una senda cuya pendiente es cada vez más acusada, y que asciende por la ladera izquierda del Barranco Hondo hasta llegar a los escarpes orientales de Els Frares.
Abandono el sendero balizado para tomar una pedrera poco clara. A partir de aquí y hasta la salida al Penyet de les Creus la ruta se complica, no solo por el trazado, que sigue una trocha poco evidente que incluso a ratos se pierde, también por la orientación y la continuidad de la senda que en un par de ocasiones me obliga a deshacer el camino andado para buscar el correcto.
Les Agulles dels Frares
Les Agulles dels Frares están surcadas por sendillas relativamente cómodas y bastante claras, pero ninguna de ellas sale a la parte alta de la Serrella, que es mi objetivo. O quizá es que no he sabido encontrarla porque una vez superados los monolitos de roca doy con una, poco pisada pero evidente, que me conduce sin pérdida al Penyet de les Creus.
Pero para llegar allí aún tengo que recorrer este impresionante megalapiaz en el que pináculos, agujas, conos, mogotes, cuchillos, oquedades y abrigos se suceden creando un paisaje de cuento.
Cruzo algunos rincones de umbría en los que especies vegetales escasas en estas latitudes, como arces, fresnos y tejos -por citar los más llamativos-, crecen frondosamente protegidas por estos monumentos pétreos.
Además, recorro la zona a una hora inmejorable. El sol está empezando a bajar y su luz desde el oeste genera mágicos juegos de luces y sombras que harían las delicias de un buen fotógrafo.
Ya en el Penyet de les Creus la continuidad es evidente. Basta con seguir una senda que en dirección este se dirige al Coll de Borrell. Aquí hago un alto en el camino para observar el Valle de Guadalest, sus pueblos, el embalse y el mar Mediterráneo.
Mientras disfruto de la panorámica, me viene a la memoria el vivac que hice en este mismo collado hace casi 10 años, durante la prueba final de montaña en el curso de TCAF.
La parada es breve y enseguida me reincorporo al PR CV-24 para afrontar el último repecho antes de llegar a lo más alto de la sierra.
Siguiendo el marcado y evidente sendero que asciende directo y con gran pendiente, llego hasta la nevera o pozo de nieve del Plá de la Casa, donde para mi sorpresa, veo que hay dos tiendas de campaña.
Creí que iba a dormir solo pero parece que no va a ser así. Los dueños de las tiendas se encuentran en la cima del Plá de la Casa disfrutando de la puesta de sol. Yo dejo la ascensión al pico para mañana y mientras ellos bajan voy preparando el vivac.
El resto de la jornada la paso charlando con ellos. Son tres chicos de Valencia, más jóvenes que yo, que disfrutan haciendo vivac en puntos señalados de la Comunidad Valenciana, y que hoy se han acercado a la Sierra Serrella.
Ruta de vuelta. Plá de la Casa – Penya de África – Quatretondeta
Paso una noche bastante buena y antes de que salga el sol ya me he levantado. Tras recoger los enseres me subo a la cumbre del Plá de la Casa para disfrutar del amanecer.
A pesar de que hay algo de bruma, el cielo está lo suficientemente claro como para ver Ibiza en el horizonte, no con nitidez, pero bastante bien.
Además de la isla observo el valle de Guadalest y las montañas que lo rodean: la Sierra Serrella y su continuación natural, la Sierra de Aixorta, la Sierra de Ferrer, la Sierra de Bernia, la Serra Gelada y Aitana. Fuera de los márgenes del valle me fijo en la Sierra de Alfaro, el Montgó, el Cabeçó d’Or y hasta el Maigmó. Y es que el Plá de la Casa es uno de los mejores miradores de la provincia de Alicante.
Otra de las cosas que llaman mi atención desde la cumbre, es la nevera del Plá de la Casa. Su planta circular de mampostería, hundiéndose tierra abajo y dos muros paralelos, construidos para retener la nieve durante las ventiscas, destacan en la pequeña meseta donde he pasado la noche.
Tras largo rato en esta atalaya privilegiada vuelvo al nevero para recoger mis cosas donde me despido de mis compañeros de vivac que están tranquilamente desayunando.
La bajada la hago por la vertiente este siguiendo el sendero PR CV-182.
Sigo esta ruta balizada hasta la base de los paredones que caen de la cumbre por su cara este, y rodeo la montaña para dirigirme al Coll de Borrell.
Aquí me incorporo al PR CV-24, pero antes quiero visitar la Penya d’Africa, situada muy cerca del collado justo al otro lado de la cresta dels Bardals.
El Recingle Finestra, popularmente conocido como Penya d’Africa, debe su nombre a una gran oquedad en la roca caliza con la forma de dicho continente. Se encuentra en el extremo este de la cresta dels Bardals.
Tras la visita, vuelvo sobre mis pasos, y ahora sí, emprendo la bajada siguiendo la senda balizada.
La Font Roja, cuyo manantial abastece de agua al municipio de Quatretondeta, es el único de los puntos reseñables de la ruta que no recorrí durante la subida. Paso por ella y algo más abajo, en las proximidades de las Agulles dels Frares me incorporo al camino que tome de subida. Siguiéndolo llego a Quatretondeta donde doy por finalizada la actividad.
Aunque esta ruta era una excusa para ver las condiciones en las que tenía el material para el trekking que quiero hacer este verano, la Sierra Serrella nunca defrauda. Las impresionantes Agulles dels Frares, que nunca había visto tan de cerca, el vivac junto al nevero del Plá de la Casa, la ascensión a su cumbre para disfrutar del amanecer y la visita a la Penya d’Africa, la convierten en una de las que más he disfrutado este año. ¡100% recomendable!
Galería de fotos
Mapa de la subida
Mapa de la ruta
Resumen de la actividad
Entorno y medio | |
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Sierra Serrella | |
Plá de la Casa, Els Frares | |
Actividad con vivac | |
Cielo despejado y sin viento. Temperatura inusualmente alta para la época del año | |
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