Ruta montañera a las Peñas de Aia por la oeste de Muganix

Recorrer las Peñas de Aia (Aiako Harria en euskera) es una actividad montañera en toda regla que exige soltura en terreno escarpado y con ambiente. Trepas y destrepes se suceden resultando una actividad entretenida y variada. La subida a Muganix por la vertiente oeste -en lugar de la clásica por el norte-, es delicada, incómoda y perdedora, pero con un ambiente brutal y soledad garantizada.

He venido a Irún a pasar un fin de semana largo con la familia, y tras visitar a unos y otros, veo que tengo un hueco para la tarde del domingo.

Rápidamente mi cabeza se pone a maquinar buscando posibles rutas y actividades teniendo en cuenta el poco tiempo del que dispongo pues no quedaré libre hasta media tarde.

Lo más rápido y cercano son las Peñas de Aia, el único macizo montañoso de granito en el País Vasco y el más antiguo. Es además el que mejor conozco.

Aquí he realizado varias rutas, tanto en familia -por ejemplo está circular a Aiako Harria o está otra por las minas de Arditurri-, como en solitario -como está completísima y exigente ruta a las Peñas de Aia desde Irún-.

La que me propongo en esta ocasión no es muy larga, pero sí técnicamente exigente y sobre todo, en el tramo que sube a la primera de las peñas, Muganix, extremadamente difícil de seguir y poco evidente.

He tenido la descabellada idea de ascender por la cresta oeste de Muganix, tras ver dibujada en el mapa de Aiako Harria y Jaizkibel -editado por SUA- una senda siguiendo dicho cordal.

Peñas de Aia desde el collado de Elurretxe

Comienzo a caminar en el collado de Elurretxe a las 18:00h. Voy algo justo de tiempo, así que me va a tocar apretar un poco.

De la multitud de rutas que parten desde este collado, tomo la que sale en dirección suroeste siguiendo las sendas balizadas GR-121 y PR-GI 1010. Se trata de un camino fácil de seguir que discurre a media ladera por la falda de la montaña haciendo continuas subidas y bajadas.

Paso junto a un búnker, fortificación defensiva que corresponde a la denominada línea P, una barrera construida por el régimen fascista entre 1944 y 1948 para evitar que maquis o Aliados penetraran en territorio español. 

Poco después encuentro el desvío a las minas de Arditurri que ignoro, y algo más adelante abandono el camino para tomar una trocha a mano izquierda que sube monte arriba.

Viendo el mapa la ruta a seguir es evidente, pero sobre el terreno la cosa cambia notablemente. No estoy seguro de ir por el camino que quería coger y según avanzó las dudas son cada vez mayores.

Los helechos están altísimos y tapan cualquier atisbo de camino, senda o trocha. Además, la pendiente es muy fuerte y la progresión incómoda y complicada. Las dudas se acrecientan pero antes de dar la vuelta me propongo llegar hasta un árbol que veo algo más arriba y una vez allí decidir.

Al llegar veo un claro con un resquicio de senda. Es muy sutil, pero lo suficiente como para infundirme el ánimo para continuar.

A partir de este punto la vegetación se despeja ligeramente. También encuentro varios paños de roca en los que la progresión, a base de sencillas trepas, resulta mucho más cómoda y rápida.

Me cruzo con varias ovejas latxas, raza ovina propia de esta zona, y empiezo a pensar que tal vez las marcas del camino son producto del paso de estos animales monte arriba y abajo, y no de otros montañeros con ideas tan descabelladas como la mía.

La duda sobre si está sendilla me llevará a buen puerto vuelve a surgir. Nuevamente elijo un punto algo más arriba para tomar la decisión de volver o no sobre mis pasos, aunque sé que hacerlo va a resultar complejo y tedioso.

El punto elegido es un collado situado en un lugar soberbio. Las Peñas de Aia caen literalmente a tajo desde sus cumbres creando un paisaje sobrecogedor que me intimida. Un ambiente que me va a acompañar hasta que salga a la cumbre de Muganix.

Decido continuar.

De momento me toca hacer una bajada empinada que incluye algún destrepe, después encaro una canal que a su vez me conduce a una segunda que, esta vez sí, sale muy cerca de la cumbre.

Llegar a Muganix, la primera de las Peñas de Aia por el norte, es un alivio, lo que me queda, aunque incluye varias trepas y destrepes ya no tiene pérdida.

Me incorporo pues a la ruta clásica, muy trillada por la cantidad de montañeros que la recorren, pero delicada. En todo caso, un terreno en el que me siento cómodo y que disfruto mucho.

Irumugarrieta (806 m), cuyo ascenso carece de dificultades, es la siguiente peña a la que subo. Le sigue Txurrumurru (821 m), el pico central del macizo, en cuya cumbre hay una escultura metálica de un pájaro.

Tampoco su ascenso presenta ninguna dificultad. Sin embargo, el descenso es el punto más complejo y delicado de la ruta.

Un destrepe incical por una placa de roca bastante empinada, me conduce a un flanqueo a la derecha (mirando al valle) que me permite alcanzar una gran anilla desde la que me descuelgo para llegar a un collado. Este es el conocido como Paso de la anilla.

La última vez que lo recorrí lo hice en sentido opuesto. En aquella ocasión la travesía fue de subida, en esta de bajada, que siempre resulta algo más complejo.

Para llegar a Erroilbide (837 m), la última de las cumbres de Aiako Harria hacia el sur, aún tengo que hacer alguna trepa y destrepe, pero son más fáciles y menos expuestas.

Tras alcanzar este pico, hidratarme y disfrutar de las vistas -que incluyen el Mendaur, pico que subí la última vez que vine a Euskadi-, emprendo la bajada.

Lo hago siguiendo el sendero que viene del collado de Aritxulegui. En este tramo también encuentro un destrepe en una laja de roca algo tumbada.

Cruzo un bosque, una loma herbosa y finalmente salgo a la senda principal que rodea la peñas. La tomo a mano derecha.

El camino ya no tiene misterio pues me he incorporado a las sendas GR y PR por las que ya circulé cuando empecé la ruta. 

Eso sí, es un tramo precioso que cruza bosques de robles y hayas que a esta hora de la tarde puedo disfrutar en completa soledad.

Con los rayos del sol poniéndose en el horizonte llego por fin al collado de Elerrutxe donde finaliza está corta pero intensa ruta montañera por la cresta de las Peñas de Aia. 

Galería de fotos

Mapa de la ruta