Fisura del Badall de les Gralles del Cabal. Vía Chochos fisurosos V+ expo

Desde la pista que pasa bajo las paredes del Racó de Tovaines (la que conduce a Casa de Dios), un peñasco ligeramente separado de la pared por una enorme fisura se distingue en la distancia. Se trata del Badall de les Gralles del Cabal. Ascender la fisura que independiza la peña supone una interesantísima y comprometida escalada en terreno de aventura.

Seis días después de escalar la cresta Etual Filant en Penya Roc vuelvo a la misma zona con el mismo compañero, Omar. Y es que la semana pasada dejamos aquí temas pendientes.

Omar, que bajando de la cresta vió esta impresionante fisura, quiso acercarse al pie de la misma para tantear las posibilidades que ofrecía. Sin embargo, lo enmarañado de la vegetación nos lo impidió. 

Ésta vez venimos preparados para lo que sea. Nuestras armas para abrirnos camino entre la espesura de zarzas, espinos, aliagas, enredaderas, madreselvas, etc. son dos viejos palos de escoba, uno por cabeza. Nos hubiera gustado traer unas buenas tijeras de podar, pero los palos son todo lo que hemos encontrado por casa.

Algo escéptico con nuestras posibilidades, no de escalar la fisura en la que tengo absoluta confianza en Omar, sino en ser capaces de recorrer los escasos 50 metros de densisimo matorral Mediterráneo que nos separan de la pared, camino detrás de Omar cuyo optimismo no deja lugar a dudas.

Con determinación y aplomo va haciéndose camino hasta llegar al pie de la pared. No hay como tener confianza para conseguir un objetivo.

Fisura del Badall de les Gralles del Cabal. Vía Chochos Fisurosos V+ expo

Una semana buscando información sin resultados y semejante aproximación nos hace pensar que nadie se ha adentrado en esta espectacular fisura. Sin embargo, tras recorrer el primer largo vemos un espit y un cordino, así que está claro, no somos los primeros. 

Después de escalar la vía y tras varios cruces de WhatsApps, nos enteramos que la vía fue abierta hace más de 30 años por Miguel Bravo Arques (El Patata) y su compañero Vicente, el Negro de Elx. La bautizaron como Chochos Fisurosos y parece que en estos años no ha tenido repeticiones, al menos conocidas. 

Material

Nosotros llevamos dos cuerdas de 60 metros, un juego completo de Totem Cams, un semáforo de Aliens, un microfriend, material individual de reunión y casco.

Acceso

Exactamente el mismo que para hacer la cresta Etual Filant pero aparcando algo más cerca de Casa de Dios (y de la fisura) en alguno de los ensanchamientos de la pista.

Aproximación

La aproximación a pie de vía es evidente. Con la vista puesta en la fisura tomamos una pedrera ascendente que muere en la espesura de la vegetación muy cerca de las paredes. 

Nosotros abrimos un pequeño sendero por la zona más corta, aunque es muy posible que a día de hoy haya desaparecido. Si quieres acercarte a las paredes no olvides tus palos de escoba (o mejor unas tijeras de podar) por si acaso.

Escalada

La primera parte de la vía conduce a la base de la fisura, una vez en ella hay que ir buscando el terreno más lógico para salir a lo alto de la peña. La fisura, que es bastante ancha, tiene un par de secciones con enormes rocas empotradas en las que es posible montar las reuniones. Se trata de una vía muy expuesta por la cantidad de roca suelta, así que es importante tantear el terreno y moverse con finura y suavidad.

Omar es quien va en cabeza de cuerda durante toda la vía. 

L.1 (IV+): Comenzamos a escalar por la derecha de la pared superando un muro roto y delicado que conduce a una terraza. Hay que recorrerla en travesía hacia la izquierda hasta llegar a la base de la fisura. Aquí hay un espit y un viejo cordino que Omar refuerza con un Totem para montar la reunión.

L.2 (V+): Nos internamos de lleno en la fisura que tiene entre un metro veinte y dos de anchura. Ir jugando con las paredes de ambos lados facilita la progresión. Algunos pasos los hacemos por la pared de la derecha, otros por la pared de la izquierda y a veces nos ayudamos de las dos. 

Al llegar a un bloque empotrado entre ambas nos subimos a él y vemos otro espit que nos sirve como uno de los dos seguros de la reunión. Este espit y el anterior es todo el material que encontramos en la vía.

El lugar es mágico, estamos metidos de lleno en la fisura, tanto es así que no vemos horizonte ni cielo, aunque la luz se abre camino haciendo un bonito juego con las sombras que proyecta. Parece que estemos escalando en una cueva. 

L.3 (V+/6a): Nos surgen dudas sobre la continuidad. Omar se interna en la profundidad de la grieta pero dado lo roto del terreno, que parece se va a desmoronar bajo nuestros pies, vuelve sobre sus pasos y escala la pared de la derecha a cuyo final se filtra la luz y se intuye una salida.

Tras un paso algo fino y de difícil protección consigue llegar al punto por donde entra la luz.

La dificultad decrece pero el terreno se vuelve extremadamente delicado por las piedras sueltas. De hecho una de gran tamaño se desprende produciendo un enorme estruendo y un fuerte olor a pólvora debido a los golpes contra las paredes. Por suerte su salida natural queda muy a la derecha de mi posición, aunque el susto no me lo quita nadie.

Omar ha conseguido salir de la fisura y monta una reunión en una bonita terraza que igual que la anterior está completamente rodeada de paredes, aunque ahora las vistas se han abierto al cielo. Salvando las distancias, me recuerda a la segunda de la vía de los Diedros en La Maliciosa, una vía fácil pero bonita que escalé hace más de 10 años.

L.4 (V+): Bajamos ligeramente para encarar un corto diedro vertical. El ambiente intimida porque la terraza por este lado también tiene otro acceso a la fisura y cae a plomo hacia un vacío oscuro cuyo final no se ve. Tras superar el paso llegamos a otra terraza, ahora sí en lo más alto de la peña.

Bajada

Disfrutamos brevemente de las vistas y afrontamos la bajada por el medio de la fisura que tiene otra salida junto al pináculo al que acabamos de llegar.

Si en el tercer largo hubiéramos seguido internándonos por la fisura habríamos salido a este mismo lugar pero por otra ruta que es por donde ahora bajamos.

Rodeamos el pináculo con un cordino, añadimos un mallón y bajamos en rapel internándonos en la fisura una vez más.

Este primer rapel nos deja en el bloque empotrado donde está la segunda reunión y desde aquí, usando el espit bajamos en un largo rapel hasta el pie de vía.

Una vez estamos en el suelo Omar comienza a cruzar mensajes de WhatsApp con Anaya que hace sus averiguaciones y nos dice que cree que el aperturista es el Patata. Como vive en Guadalest, que está aquí al lado, decidimos acercarnos hasta allí y hablar directamente con él.

Ya en Guadalest, en el refugio de escaladores que regenta, nos confirma que efectivamente hace más de 30 años subió por donde lo hemos hecho hoy nosotros y nos cuenta los pocos detalles que recuerda mientras disfrutamos de una taza de café.

Inmejorable final para una magnífica y original escalada que igual que con la cresta Etual Filant debo agradecer a Omar. ¡Espero que haya más!

También quiero dar las gracias a José Miguel de Sella y Santiago de la web Apatita por intentar echarme una mano con la toponímia de la zona. A Andrés Llorens porque fue él quien finalmente me proporcionó la información. Y por último al Patata que tuvo a bien contarnos lo que recordaba de la vía.

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