El Coll de Rates es un collado de montaña entre las Sierras de Ferrer y del Carrascar de Parcent que marca la divisoria entre la Marina Alta y la Marina Baja de Alicante. En la ruta que a continuación relato lo cruzo en bicicleta gravel comenzando en Benissa y terminando en La Vila.
Continuando mi racha de salidas en bicicleta gravel -que en lo que va de año me ha llevado a conocer la comarca de l’Alacantí, el Puerto de Tudons, el Puerto del Collao y los espacios naturales de Santa Pola-, decido hacer una salida para conocer el emblemático puerto del Coll de Rates.
Inicio la ruta en Benissa hasta donde llego, con una renovada mentalidad Cero emisiones, en Tram. Esto implica un buen madrugón y casi dos horas en tren con transbordo incluido en la estación intermodal de Benidorm.
Son las 7 de la mañana y a pesar de ser domingo el Tram está muy concurrido. Mayormente por mujeres que se dirigen a sus puestos de trabajo en hoteles de Benidorm, también hay hombres aunque en menor medida. El resto del elenco está formado por jóvenes que vuelven de fiesta y senderistas que al igual que yo, usan el transporte público para llegar al inicio de sus rutas.
Cuando en la estación Benidorm Intermodal cambio a la línea L9, el tren queda prácticamente desierto. A partir de aquí el viaje es mucho más ameno y relajado, además las vistas son magníficas, así que el tiempo pasa rápido. Al cruzar los impresionantes túneles de Mascarat me entretengo observando los primeros largos de la vía de GEDE que escalé en 2019.
En Benissa soy el único que me apeo. Cuando el tren abandona el andén y lo veo alejarse entre campos de olivos, vides y frutales, una extraña sensación de soledad me embarga. Sin embargo, el lugar es precioso y el sentimiento torna en ilusión pensando en la actividad que tengo por delante.
Ruta en bici gravel entre Benissa y La Vila pasando por el Coll de Rates y las Fonts del Algar
Comienzo la ruta ciclista en dirección Benissa siguiendo una carretera con escaso tráfico que serpentea entre colinas. Las casas de campo, masías y antiguos bancales levantados sin utilizar argamasa -lo que se conoce como arquitectura de la pedra en sec-, pueblan estas pequeñas montañas.
No tardo en llegar al casco urbano donde me entretengo pedaleando por la parte antigua. Mi periplo termina en la iglesia, que había llamado mi atención antes de entrar en el pueblo.
Continúo hacia Xaló evitando en la medida de lo posible la carretera principal de la Vall de Pop.
Si en los primeros kilómetros de la ruta los olivos, naranjos y almendros eran los protagonistas, ahora lo son las viñas. No en vano el vino moscatel de la zona tiene, desde la época de los árabes, mucha y buena fama.
También tenían fama las uvas pasas de la Marina Alta, cuyo proceso de elaboración se hacía en los riuraus, vestigio de una antaño floreciente industria. Su función era la de proteger los cañizos -donde se esparcía la uva para que se secara- cuando la lluvia o el rocío nocturno empezaba a mojar la uva y pudrirla. En la distancia veo varios de ellos.
Cruzo Xaló, desde donde salgo siguiendo el GR-330 que durante un rato discurre paralelo al curso del río Gorgos. Este es un Lugar de Interés Comunitario (LIC) y hace justo un mes fue declarado por la Generalitat Valenciana Zona Especial de Conservación debido a su alto valor ecológico.
El valle está rodeado de montañas. Primero veo las sierras de Bernia y la del Castell de la Solana, después las de Ferrer, Carrascal de Parcent y Penyo con el característico Cavall Verd.
Pedaleando por caminos rurales entre campos de cultivo, en los que no me cruzo ni un solo coche, pero si varios ciclistas y algún que otro senderista, dejo atrás, sin internarme en su núcleo urbano, Alcalalí primero y Parcent después.
Antes de enfrentarme a la subida al Coll de Rates, hago una parada en el Pou del Assagador, un pozo que en el pasado se utilizó como abrevadero para ganado. También yo me hidrato antes de retomar la ruta.
La primera parte de la subida al puerto la hago por pistas forestales de tierra y los últimos cuatro kilómetros por carretera. Excepto un corto tramo de pista con una pendiente al 16%, el resto me parece una subida bastante asequible.
Una vez superado el Coll de Rates hago una corta parada para comer un plátano antes de emprender la bajada dirección Tárbena.
Lo mejor de esta bajada es la vista de la Sierra de Ferrer y su frondosa ladera oeste, que está cubierta con una espesa masa forestal. Tal es el verdor del valle y lo escarpado de la cresta, que cualquiera que no conozca Alicante, al ver la foto pensará que se trata de una montaña mucho más septentrional y elevada.
Siguiendo la carretera CV-715 cruzo Tárbena y dos kilómetros después me desvío por un camino rural que sale en fuerte pero corta pendiente a mano izquierda. Enlazando varias pistas -algunas de las cuales las conozco de cuando hice la ruta de las fuentes de Callosa y Bolulla– llego a las Fonts del Algar, lugar ideal para almorzar.
Tras disfrutar de un buen bocata acompañado de olivas y encurtidos, me dispongo a ponerme en marcha. Sin embargo, al acercarme a la bici descubro con sorpresa que está pinchada, y encima es la rueda de atrás.
Paso más de una hora bajo el sol hasta volver a tener la bici en condiciones de continuar, aunque en mi favor debo decir que no solo cambio la cámara por una nueva, además, gracias a una pequeña acequia que lleva algo de agua, encuentro el pinchazo y arreglo la cámara pinchada. Así, si vuelvo a pinchar, sigo teniendo un repuesto.
Mi intención inicial era dirigirme desde aquí, primero a Callosa, luego al Pas del Comptador y por último a Sella y La Vila. Sin embargo, decido cambiar mis planes porque unas negras nubes se han instalado en las sierras de Aitana y Bernia, y aunque de momento aquí sigue brillando el sol tiene pinta que va a ser por poco tiempo.
Abandono las Fonts del Algar siguiendo la carretera CV-7531. Ésta termina en la CV-715 a la que me reincorporo y sigo hasta llegar a Polop, donde tal y como imaginaba comienza a chispear.
A partir de aquí y hasta La Vila, la ruta pierde, desde mi punto de vista, mucho interés.
En Polop me incorporo al carril bici que discurre paralelo a la CV-70 y que sigo dirección Benidorm hasta el desvío de Terra Mítica, por el que continúo.
Está avenida, que también cuenta con carril bici, me parece mucho más agradable. Por una parte, tiene menos tránsito de vehículos y por otra cuenta con mucha más vegetación.
Paso junto a la entrada del hotel Villaitana, Terra Mítica y Asia Gardens, y poco después me desvío por una calle a mano izquierda.
Continúo, primero callejeando, luego por una pista de tierra y por último callejeando de nuevo, y casi sin darme cuenta llego a la parada del Tram Hospital Vila donde hay un tren estacionado.
Mi intención no era terminar aquí, pero hace ya muchos kilómetros que el interés ha decaído notablemente y parece que el tren me esté esperando, así que no me lo pienso, me subo y doy por finalizada la ruta.
Mientras vuelvo a casa en el Tram pienso en la ruta que acabo de terminar. Tiene dos partes claramente diferenciadas. La primera hasta las Fonts del Algar es bonita, variada e interesante. La segunda, resulta excesivamente urbana y con muchos vehículos. No obstante he disfrutado en mayor o menor medida ambas partes.
Recomiendo a los que disfrutan de las rutas en bicicleta gravel, que se aventuren a conocer esta ruta ciclista que enlaza las marinas de Alicante por el Coll de Rates, y descubran la belleza natural del interior de la provincia.
Galería de fotos
Mapa de la ruta
Resumen de la actividad
Entorno y medio | |
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Norte de Alicante | |
Marinas de Alicante | |
Cielo despejado por la mañana. Nubes de evolución, cumulonimbos y lluvia suave por la tarde | |
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