Recorrer la ruta senderista de la Rambla Salada de Albatera incluye patear, trepar e incluso escalar una pequeña vía ferrata en una zona que, a pesar de su ambiente árido y desértico, tiene un gran valor ambiental con curiosas formaciones geológicas y acumulaciones de sal que dan la sensación de ser nieve.
Ubicada en la Vega Baja del Segura entre los municipios de Albatera y Orihuela, y muy cerca de la Región de Murcia, la Rambla Salada de Albatera se encuentra en el entorno de la Sierra de Crevillente incluida en la ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) Serres del Sud d’Alacant.
Existen muchas posibilidades para recorrer la Rambla Salada. Para esta, mi primera visita, me decido por una circular bastante completa que en primer lugar recorre la rambla en su totalidad, para volver al inicio, primero por el barranco del Ajuero y después por la loma del Cabezo Negro.
Se trata de una ruta entretenida y variada que por momentos recuerda al barranco Blanco de Agost, y en otros a los barrancos de Silim y Mascuna.
El inicio, que se encuentra aquí en una explanada del Camino de la Sal, está a 7 kilómetros de Albatera.
Salgo del municipio en dirección Hondón de los Frailes por la CV-873 y al llegar al canal del trasvase me desvío a mano izquierda por una carretera que discurre paralela a este. El Camino de la Sal es el quinto a mano derecha y se encuentra a unos 2 kilómetros desde el cruce de la carretera con el canal.
Rambla Salada de Albatera
Comienzo a caminar bajando por una pista forestal bien acondicionada que discurre junto al barranco del Ajuero. A mi derecha tengo la sierra del Cuchillo, cuyas formas y oquedades, que en su día fueron fondos marinos, dan el nombre de Las Ventanas a esta zona.
No tardo en llegar al trazado del antiguo acueducto del que todavía quedan en pie varios puentes -otros están medio derruidos- que cruzan pequeños barrancos.
Este acueducto servía para evitar que el agua dulce de la cabecera se mezclara con la salada de las surgencias que hay más abajo. De esta forma se podía aprovechar para uso agrícola.
Sigo unos 300 metros y me desvío por una senda a la izquierda que baja hasta el cauce de la Rambla Salada, que tal y como indica su nombre se encuentra cubierta de sal y da la sensación de ser una fina capa de nieve. Continúo barranco arriba por el lecho hasta un salto de agua.
El salto se supera por la izquierda, primero cruzando un tablón de madera y luego -por lo que he leído- con ayuda de una cadena. Sin embargo, la cadena no consigo verla.
Vuelvo sobre mis pasos buscando una alternativa y me decido por un rodeo monte a través. Tras varias trepas -algunas delicadas- llego al cordal, cambio de vertiente y ya por terreno sencillo y con la Rambla Salada como referencia visual, vuelvo al lecho donde está el nacimiento. Hay curiosas acumulaciones de sal que contrastan con el color rojizo del cauce producto de la oxidación.
Conforme me interno en el barranco este se encajona y las paredes se elevan. Llegó a un afloramiento de roca dolomítica negra -conocido como Barrón Negro– que exige el uso de las manos para superarlo. Sin embargo, carece de dificultad.
Recorro los meandros formados por la rambla que serpentean dirección norte -pasando junto a cuevas, recodos y oquedades formadas por la erosión del agua- hasta llegar a la zona de los saltos.
El primero, de unos 12 metros, es el mayor. Está equipado con grapas y cable de acero a modo de vía ferrata y para superarlo se recomienda el uso de material técnico -arnés, casco y disipador-. Sin embargo, a pesar de que lo he traído, me parece corto y sencillo, así que no lo utilizo.
Después hay una poza -también equipada con peldaños- que flanqueo por la izquierda.
A continuación encuentro una bifurcación y un cartel que indica las dos posibilidades que existen. Por la izquierda la variante I, más sencilla. Por la derecha la variante II, por donde continúo.
Cruzo un par de pozas más -la última de 7 metros equipada- y a partir de aquí continúo en fuerte subida hasta salir a una pista de tierra muy cerca del Alt de la Murada. Las dificultades han terminado, también la parte más entretenida.
Sigo la pista durante un kilómetro y al llegar a otra asfaltada que baja de lo alto de la sierra, la cruzo y me desvío a la izquierda para bajar al barranco del Ajuero, en el que me interno rodeando una presa.
Al llegar a una segunda presa abandono la rambla y continúo por un sendero a media ladera en la loma del Cabezo Negro. El camino, que sigue un antiguo PR abandonado del que quedan algunas señales, termina en el cruce con el PR-CV 180 que sigo en dirección al barranco de los Ligeros. Cruzo el Estrecho de las Ventanas y poco después llegó al coche donde finaliza la ruta.
La Rambla Salada de Albatera ha superado mis expectativas. Su paisaje único, las entretenidas (que no difíciles) trepadas, y los rincones que esconde a lo largo del recorrido hacen de esta una experiencia de montaña muy recomendable. Combina una rica historia geológica, gran variedad de paisajes y tranquilidad. La considero por tanto una visita obligada para cualquier amante de la naturaleza y el senderismo.
Galería de fotos
Mapa de la ruta
Resumen de la actividad
Entorno y medio | |
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Vega Baja del Segura | |
Sierra de Crevilente | |
Cielo despejado. Sin viento | |
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