Arc de Santa Llúcia y Castell de Penàguila

Corta pero interesante ruta circular en el municipio de Penáguila. Comienza en el Jardín de Santos, pasa por los barrancos de Aladrach y Castell, y permite descubrir una de las formaciones rocosas más curiosas de la provincia de Alicante, el Arc de Santa Llucía. También el Castell de Penàguila.

Al igual que en la Penya Foradá de la Vall de Gallinera, en el Arc de Santa Llúcia tiene lugar una curiosa alineación solar. Se da entre los días 13 y 29 de diciembre en torno a las 15:50 horas, cuando el sol penetra por el arco e ilumina una parte del pueblo durante 5 minutos. Esos rayos son además, y según cuenta una leyenda local, capaces de favorecer la fertilidad y concepción de las mujeres que queden expuestos a ellos.

La ruta que a continuación describo sube al citado arco y al cercano Castell de Penàguila. Tiene apenas 6 kilómetros y poco más de 300 metros de desnivel, pero conviene no subestimarla, pues discurre por terreno abrupto y cuenta con tramos ligeramente expuestos, sobre todo en la subida y la primera parte de la bajada.

Arc de Santa Llucía y Castell de Penàguila

Comienzo a caminar en el aparcamiento del Jardín de Santos, al que llego siguiendo una pista asfaltada que tomo en la CV-781 poco después de pasar Penáguila dirección Alcoleja.

Me dirijo al barranco de Aladrach por el que discurren dos sendas que conducen al casco urbano. La más alta, flanqueada por cipreses, es por la que volveré. Tomo la que baja, que sigue una ruta fitoclimática creada para concienciar sobre el cambio climático. Su estado de conservación, al menos el día que la recorro, es lamentable. No solo son los paneles, que están descoloridos, además, las plantas han tomado el camino hasta hacerlo casi impracticable y el puente que cruza el barranco está completamente desvencijado, suponiendo un riesgo atravesarlo.

Cruzo extremando la precaución y avanzo como puedo por encima de la espesísima vegetación que ha invadido la senda por completo. Poco a poco esta se abre y el camino mejora. Finalmente llego a la Font del Pardalet y los restos de la vieja muralla que dan acceso al casco urbano.

Ya en el pueblo paso junto a la iglesia, la plaza y la Font major, una fuente del año 1856 que consta de 30 caños que abastecen el lavadero público. 

Al llegar a la carretera general, la CV-785, me incorporo a mano izquierda pero apenas 50 metros después tomo una pista asfaltada que sale a mano derecha. Un cartel bastante descolorido del barranco del Castell sirve de referencia.

300 empinados metros después, en una brusca curva a la derecha, me desvío a la izquierda por una senda. La sigo hasta un colladito y desciendo al cauce del barranco del Castell, también conocido como barranco del Salt o de la Moleta.

Lo cruzo y tomo una senda apenas perceptible que sale a la derecha del espolón rocoso que tengo enfrente. Algunos hitos dan pistas de la ruta a seguir y cuando los pierdo uso la intuición. En algún tramo me veo obligado a usar las manos para progresar y de este modo llego al Arc de Santa Llúcia donde hago una parada para disfrutar del lugar y fotografiarlo. 

Continúo monte arriba por el roquedo, y aunque encuentro algún paso en el que nuevamente uso las manos, el terreno es ligeramente más sencillo. Atravieso la antigua muralla y poco después llegó al punto más elevado del Castell de Penàguila coronado por una gran cruz de madera.

A pesar de disfrutar de una magnífica panorámica que incluye, el casco urbano de Penàguila y las sierras de Almudaina, Serrella, Aitana, Mariola y Benicadell, el sol está empezando a caer y no me entretengo.

La bajada la hago por la vertiente opuesta. Primero por una canal algo delicada, luego me dirijo al siguiente alto de la sierra y cuando paso junto a los restos de un aljibe excavado en la roca, me incorporo a una senda con buena traza que sin posibilidad de perdida me conduce hasta la CV-785 cerca del Mas del Gat.

A partir de aquí los tramos por carretera alternan con los de senda, que sirven de atajo y son sorprendentemente bonitos. Paso junto a las cuevas del Port, con restos de pinturas rupestres, luego junto a la Ermita dels Sants Cosme i Damian y algo después, tras cruzar un par de veces la carretera, llego al pueblo.

Antes de volver al Jardín de Santos me desvío para visitar el Pont de l’Arcada, un acueducto de 1845 que conducía agua desde la fuente vieja del pueblo.

Ya de noche cerrada tomo la senda de cipreses, un agradable paseo que conduce al Jardín de Santos donde finaliza la ruta.

En poco más de 2 horas he descubierto el Arc de Santa Llúcia, el Castell de Penàguila, el Pont de l’Arcada y varios puntos de interés del casco urbano de Penàguila. Y lo que es más importante, he disfrutado un montón.

Galería de fotos

Mapa de la ruta