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Esquí de montaña en el Valle de Arán

Complementos de montaña imprescindibles para invierno

Consejos técnicos

Se acerca el invierno y con él esas actividades sobre el manto blanco que tanto nos gustan y disfrutamos. Es el momento de revisar, preparar y quizá comprar el material necesario para la escalada de corredores, esquí de montaña, alpinismo o senderismo. Así, en cuanto surja la oportunidad estaremos preparados para afrontarla.

El ambiente donde se desarrollan las actividades invernales no es precisamente acogedor y un buen material es imprescindible para acometerlas en condiciones de seguridad. En este artículo, el segundo de la serie consejos técnicos, voy a escribir sobre la ropa para las zonas de nuestro cuerpo más expuestas a los elementos: las extremidades y la cabeza. 

Esa ropa son calcetines, guantes, manoplas y gorros, complementos imprescindibles en nuestras salidas por montaña invernal.

Lo primero es ver algunos conceptos básicos sobre el funcionamiento de nuestro cuerpo.

Pero antes de continuar recomiendo visitar el Outlet Montaña tienda de ropa de montaña barata, donde encontrar gran variedad de productos de montaña a muy buen precio.

Calor corporal

El cuerpo humano -y el de todos los animales de sangre caliente- es una máquina de generar calor. Sin embargo igual que lo producimos es fácil perderlo. Las causas -que expondré más adelante- son variadas. Cuando la cantidad de calor perdida es mayor a la que generamos, aparece la sensación de frío.

Sensación térmica

Se llama sensación térmica a la sensación de frío o calor que sentimos según una combinación de parámetros meteorológicos. Dicho de otro modo, es la temperatura a la cual se ve sometido nuestro cuerpo, un valor que podemos medir y que se expresa en grados centígrados.

La sensación térmica es la responsable de que haya días en los que, aunque la temperatura del aire es la misma, sintamos más frío que otros. 

En invierno, que en este caso es lo nos ocupa, este valor depende de la combinación de dos factores: la diferencia entre la temperatura de la piel y la del aire, y el efecto del viento, que acelera la pérdida de calor. Así pues la temperatura y el viento son los factores que modifican la sensación de frío en invierno.

Por ejemplo, un día con el viento en calma y una temperatura de 0ºC, la sensación térmica será de 0ºC. Sin embargo, si con la misma temperatura sopla un viento de 25 km/h la sensación será de -6ºC.

Pérdida de calor

Cuando la sensación de frío nos invade es que hemos perdido calor, y esta falta puede deberse a las siguientes causas:

  • Conducción: El calor pasa de un medio a otro por contacto entre ambos. El más cálido cede calor al más frío, como sucede cuando nos sentamos en una piedra fría.
  • Convección: Cuando el aire frío penetra y circula por el interior de nuestras prendas nos arranca literalmente el calor. Por ello es recomendable cerrar bien los puños, el cuello, etc.
  • Transpiración o evaporación: Al realizar ejercicio físico evaporamos la humedad que sale por nuestra piel en forma de sudor. La evaporación del sudor nos hace perder el 27% del calor corporal.
  • Radiación: Nuestro cuerpo irradia calor que perderemos si no nos aislamos del exterior.

Protección para los pies. Calcetines

Unos buenos calcetines adecuados para la actividad que pensamos acometer pueden ser la diferencia entre disfrutar o padecer.

Pies con quemaduras por congelación de segundo grado tras un vivac de fortuna en Peña Telera en invierno
Pies con quemaduras por congelación de segundo grado tras un vivac de fortuna en pleno invierno

Lo importante de los calcetines de montaña es que se ajusten bien al pie sin comprimirlo, que sobresalgan con holgura de la parte superior de las botas y sobre todo que no formen arrugas.

En actividades invernales los pies pierden calor por conducción ya que se encuentran en contacto con el suelo. Lo recomendable en esta época del año es que los calcetines sean gruesos y mullidos para que absorban el sudor y eviten las rozaduras.

Pero además de no pasar frío, hay que evitar exceso de calor que puede producir rozaduras o ampollas.

Existe una amplia gama de modelos de calcetines de montaña, desde calcetines para cortas rutas senderistas, pasando por calcetines de trekking hasta los más elaborados para expediciones o alpinismo técnico. Los materiales son variados: lana, lana termógena y fibras sintéticas. En cuanto al algodón, aunque es muy cómodo, hay que evitarlo ya que no evacua el sudor y con un uso moderado se vuelve pesado y molesto.

La combinación de varios tejidos se está imponiendo porque aprovecha las ventajas de cada uno de ellos. Los calcetines más interesantes, son aquellos que secan rápido, apenas absorben humedad, mullidos, provistos de tejido elástico en la zona del puente y dobles densidades en las zonas de mayor rozamiento: puntera, talón y caña.

Para las bajas temperaturas la combinación de lana merino, fibras elásticas y tejidos sintéticos (Primaloft, Thermolite o Polartec) da lugar a productos de gran calidad y calientes, sin duda una excelente elección. Usar dos pares puede oprimir el pie con lo que sentiremos más frío debido a la menor circulación sanguínea.

Para ciertas actividades unos calcetines de repuesto pueden venir muy bien. 

Por último tener en cuenta que como todas las prendas de montaña pierden propiedades con los lavados por lo que es recomendable lavarlos con detergentes para prendas delicadas y seguir las instrucciones del fabricante. 

Protección para las manos. Guantes y manoplas

Los guantes son un equipamiento imprescindible en actividades de montaña con situaciones de frío. Son los responsables de proteger nuestras manos frente a los elementos, aunque este no es su único objetivo.

Necesitamos protección, pero también usar las manos para hacer cosas tán importantes como agarrar un piolet, abrir una cremallera o mosquetonear la cuerda. La protección de los guantes de montaña no debe impedir realizar la actividad.

En general, un alpinista necesita más agilidad en la mano que un esquiador o un senderista, quienes a su vez, al no moverla, necesitarán todo el aislamiento posible. La relación entre aislamiento y maniobrabilidad es el punto crítico de unos buenos guantes térmicos. Cuanto más se requiere de una cualidad más se deprecia la otra. Los guantes ideales buscan un difícil equilibrio entre la buena maniobrabilidad para hacer cosas con ellos puestos, y suficiente protección frente al frío. 

Al igual que para la protección del cuerpo, con las manos también podemos seguir la teoría de capas. Como guantes interiores van bien los finos de polipropileno y por encima podemos usar unos de forro e incluso de lana, aunque frente al viento estos últimos resultan poco efectivos. Para membrana exterior se puede usar un cubre con membrana sea guante o manopla.

La manopla es siempre más caliente que el guante debido a que los dedos están en contacto y los más fríos aprovechan, por conducción, el calor de lo más cálidos.

La manopla tridedo, que separa el índice del resto de dedos combina maniobrabilidad del guante con capacidad térmica de la manopla.

Seis modelos de guantes y manoplas para hacer montaña en invierno
Guantes y manoplas para hacer montaña en invierno

Otro aspecto a tener en cuenta en un guante son los puños. Deben ser herméticos o de lo contrario, también perderemos calor.

En resumen, las características que deben cumplir unos buenos guantes de montaña son:

  • Resistentes e impermeables.
  • Suficientemente largos para cubrir bien las muñecas.
  • Talla adecuada (ni justa, ni holgada).
  • Provistos de cinta que los mantenga unidos a la muñeca.

Por último recordar que es muy recomendable llevar unos de repuesto, ya que en caso de pérdida, rotura o que se mojen, evitaremos complicaciones.

Protección para las cabeza. Gorros

La cabeza tiene una superficie corporal bastante grande y además apenas tiene protección del tejido adiposo, lo que hace que a través de la misma perdamos una importante cantidad de calor.

Existen múltiples opciones para su protección. En situaciones de mucho frío lo que más me gusta es un gorro de forro polar con membrana cortavientos, y si la situación es extrema la capucha de la chaqueta por encima es ideal.

Si el frío no es tan intenso, un gorro o pasamontañas de polipropileno puede ser suficiente.

Las máscaras de neopreno, aunque en su momento parecían una buena solución frente a la ventisca, ya que evitan que la nieve y el hielo castiguen la piel, no terminan de imponerse porque tienden a empañar las gafas.

Pero no solo es importante disponer un buen gorro térmico, una braga para mantener cuello y nariz a buen recaudo y evitar la entrada de aire, y la pérdida de calor por convección son muy útiles.

Y hasta aquí el artículo sobre protección de las extremidades y la cabeza en deportes de montaña en condiciones de frío, si se te ocurre algo que puede ayudar al resto de montañeros y que se me ha pasado por alto, no dudes en dejar un comentario.