Esta ha sido mi primera actividad con un numeroso grupo de montañeros a los que he conocido a través de Isidoro. En la realidad la segunda, ya que la primera fue la Gran Diagonal al Peña Telera, pero en aquella ocasión solo vino José Joaquín. A Isidoro lo conocí en la Cresta de las tres Jotas, en el Cabeçó d´Or y con este grupo tan majo que he conocido gracias a él espero coincidir en otras muchas salidas.
Pero vamos al grano. Por fin me cuadraron las fechas y me apunté a la salida que había organizado Gerard, un auténtico estadista en lo que a organización de rutas por montaña se refiere, con quien nunca antes había coincidido. En esta nos propuso realizar la cresta que separa el Puerto de Oò del de Gías, conocida como cresta de Jean Arlaud o de Gourgs Blancs, y que pasa por varios tresmiles –Jean Arlaud (3.048 m), Gourgs Blancs (3.128 m), Torre de Armengaud (3.123 m) y punta Lourde Rocheblave (3.105 m)–. Si una vez terminada la cresta aún nos quedaban fuerzas podríamos rematar con los siguientes picos: Camboué (3.042 m), Saint Saud (3.004 m), Clarabides (3.006 m) y Pico Gías (3.002 m). La cresta está catalogada como poco difícil superior (PD+).
El Pico Gourgs Blancs, el más alto de los que esperábamos escalar, es una de las montañas más hermosas de Pirineos. Su esbelta silueta destaca desde diversos miradores de la cordillera y fue ascendido por vez primera en 1864 por Bazillac, de Monts, Russell y Passet. En cuanto al Clarabide, que se encuentra en el mismo cordal al SW del anterior, es una montaña escarpada y un poco eclipsada por la cercanía del Gourgs Blancs con un impresionante espolón NW y una bella arista rocosa que le confieren un aspecto muy alpino. Escalar ambos picos a través de sus crestas es una actividad ambiciosa, pero ganas no nos faltaban.
A esta excursión nos apuntamos Rafa y Eduard (que venían de Tarragona), Lidón, Natalia, Gerard y yo que salimos el viernes por la mañana desde Alicante y José Joaquín e Isidoro que salieron también desde Alicante pero por la tarde.
Los que venían de Cataluña y el primer grupo de Alicante no encontramos en Benasque el viernes a mediodía, nos dirigimos al parking que hay al entrar el valle de Estós y allí, metidos en la furgoneta (debido a que empezaba a llover) echamos un bocado antes de ponernos en marcha en dirección al Refugio de Estós donde pasaríamos las dos próximas noches.
Subir hasta el refugio por el GR-11 nos llevó algo más de dos horas. Pasamos por la cabaña de Santa Ana, las Gorges Galantes (merece la pena desviarse por aquí y disfrutar de las espectaculares cascadas) y la cabaña del Turmo. El rastro del enorme alud que arrasó el Vall de Molseret y sepultó esta cabaña en marzo de este mismo año era bien visible a pesar de que ya no quedaba nieve. En todo caso la cabaña –a la que hace referencia la famosa canción de Celtas Cortos 20 de abril del 90– seguía en pie y aparentemente en buen estado.
Llegamos al refugio a muy buena hora con tiempo de sobra para preparar todo el material del día siguiente y cenar. Poco después llegaron Isidoro y José Joaquín, que también prepararon sus cosas, cenaron y por fin nos fuimos todos a dormir.
A pesar de que tan solo dos días antes de salir habíamos tenido un ola de calor, que nos había dejado en Alicante temperaturas más propias de agosto (hasta 38 ºC) que de mayo, los pronósticos cambiaban radicalmente para el fin de semana y se esperaba un desplome con temperaturas de hasta -7 ºC en las cumbres y sobre todo viento, mucho viento. Cuando nos despertamos por la mañana una fina capa de nieve, que no estaba la noche anterior, lo cubría todo y la previ del viento se cumplía. Nos pusimos en marcha a las 7:30h.
Subimos por el Vall de Gías y algo después de cruzar el barranco del mismo nombre tuvimos que calzarnos los crampones. No esperábamos hacerlo tan pronto pero había mucha más nieve de la que creíamos y también había hielo. Continuamos la ruta y al llegar al pequeño Ibón de Gías lo rodeamos por la izquierda (mirando al monte) continuando después por una pala de nieve bastante pendiente hasta el Ibón de Gías, donde paramos tras una enorme piedra, en un lugar algo protegido del viento, para tomar algo.
En este punto ya teníamos bastante claro que realizar la cresta no era factible. El viento, que se esperaba que disminuyera durante la jornada, iba a más con rachas de más de 100 km/h. Además Isidoro y Natalia tenían mucho frío y decidieron que se bajaban y Gerard les acompañó. El resto decidimos intentar los Clarabides por la normal y nos dirigimos hacia el puerto de Gías, pero cuando estábamos a apenas 100 m de desnivel del mismo también decidimos volver. Las condiciones eran muy malas.
Descendimos tranquilamente al refugio, pero aún así cuando llegamos teníamos toda la tarde por delante. La nieve que había caído por la noche había desaparecido, el cielo se había despejado y el viento aunque seguía soplando lo hacía con mucha menos intensidad, además en el valle estábamos mucho menos expuestos que en las cumbres. Así que José Joaquín, Rafa, Eduard, Lidón y yo decidimos irnos a dar un paseo continuando el GR-11 hacia el Puerto de Chistau. Fue una agradable excursión por un valle precioso.
Al día siguiente bajamos a Benasque donde almorzamos y antes de despedirnos decidimos que volveríamos a intentar esta misma actividad el fin de semana del 26 de junio. Ya os contaré como va, pero seguro que fenomenal porque he disfrutado un montón con este grupo tan sano de montañeros, y eso a pesar de no hacer ninguna cumbre.
Galería de fotos
Resumen de la actividad
Entorno y medio | |
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Pirineo aragonés | |
Valle de Estós |