Laguna Negra de Urbión y mirador de Castroviejo

La Laguna Negra de Urbión, rodeada de leyendas y encerrada entre paredes graníticas y bosques de pinos a 1.700 metros de altitud, ofrece uno de los paisajes más hermosos de la provincia de Soria. Su origen es glaciar y forma parte del Parque natural de la Laguna Negra y los Circos Glaciares de Urbión.

Casi un año después de la lesión de tobillo que sufrí en agosto de 2022 y que me ha tenido a medio gas durante los últimos meses, vuelvo a reseñar una actividad de senderismo. No es la primera que hago, pero las otras o bien ya las tengo en este blog (como la circular Barranc de l’Arc – Sirvienta, que he hecho en dos ocasiones tras la lesión), o no me han parecido suficientemente interesantes (como la circular Plá de la Gralla – Racó de Seva en el Cabeçó d’Or).

Ésta por los Picos de Urbión -conocida como sendero del bosque en su primera parte y mirador de la laguna en su segunda- es una actividad modesta pero sumamente interesante.

Laguna Negra de Urbión

Me encuentro de escapada en la provincia de Soria con Cris, y hoy hemos decidido venir a dar un paseo y conocer la Laguna Negra de Urbión o Vinuesa (que de ambos modos la he visto escrita).

Desde Soria capital, donde estamos alojados, nos dirigimos a Vinuesa y desde aquí, siguiendo las indicaciones llegamos al parking Paso de la Serrá.

Abonamos 4 euros de entrada, que incluye el estacionamiento del vehículo y la visita a la casa del parque. Después de aparcar y prepararnos, comenzamos la ruta.

Aunque hay un autobús -en servicio en épocas de máxima afluencia a un precio de 1,5 euros por trayecto- que recorre los dos kilómetros que hay hasta la laguna y que mucha gente usa para subir y luego hacer la ruta de bajada, nosotros preferimos caminar en ambos sentidos.

Comenzamos la ruta junto al bar Venta de la Serra donde existe un cartel con algunas indicaciones. 

Seguimos una senda -marcada en todo momento con marcas de pintura verde- que discurre junto a un arroyo y bajo una vasta masa forestal de pino silvestre o albar (Pinus sylvestris). Cabe destacar que los pinares de este espacio protegido forman parte de la mayor extensión boscosa de la Península Ibérica. También vemos hayas (Fagus sylvatica) que ocupan manchas aisladas y se entremezclan con robles y abetos, por citar los árboles más abundantes y característicos. 

Cruzamos el arroyo en dos ocasiones por unos puentes colocados a lo largo de la ruta y no tardamos en llegar al parking superior -donde fuera de temporada se puede aparcar-. 300 metros después estamos en la laguna.

Tras deleitarnos un rato observando cuanto nos rodea, recorremos una pasarela de madera que bordea la Laguna Negra y llegamos a una pequeña playa. El sitio es agradable y hace calor, pero el baño está prohibido, así que continuamos monte arriba en dirección al mirador.

Un cartel con la indicación «Senda del portillo de la Laguna Negra» y unas marcas rojas y blancas pintadas en distintos puntos de la ruta indican el camino a seguir.

No tardamos en llegar a un puente que atraviesa un arroyo que apenas lleva un hilillo de agua. Tras cruzarlo, comienza una senda pedregosa de fuerte pendiente pero escasa longitud (apenas 200 metros) que conduce a una pequeña terraza; se trata del mirador de la laguna.

Es curioso porque la Laguna Negra a pesar de su nombre se ve hoy de un intenso color verde. Por lo que he leído en este artículo, esto no es buena señal ya que su característico color negro indica aguas poco mineralizadas y con escasa materia orgánica, mientras que el verde es indicativo de un agua eutrofizada -es decir, excesivamente enriquecida con nutrientes- que permite explosiones demográficas de algas verdes.

Nos entretenemos unos minutos contemplando no solo la laguna, también las grandes moles rocosas y los pinos centenarios que tenemos bajo nuestros pies y continuamos subiendo hasta llegar a un altiplano. Aquí hacemos una parada para almorzar e hidratarnos. Tras un breve descanso volvemos por donde hemos venido.

Llegamos al parking a las 14:00h, así que decidimos tomar algo en la Venta de la Serra antes de bajar. El edificio, de reciente construcción y arquitectura moderna, dispone de chimenea y de mesas dentro y fuera. Aunque la carta es escasa, disfrutamos de un generoso pincho de tortilla y un plato combinado a muy buen precio.

Casa del parque, piscinas naturales de Salduero y Castroviejo

De bajada aprovechamos para visitar la casa del parque, un centro de interpretación de la naturaleza bien cuidado, donde a través de distintos elementos museísticos se explica todo lo referente al espacio protegido: formación glaciar de las lagunas, vida y costumbres de sus gentes, explotación maderera, flora y fauna… A mi este tipo de sitios me interesan así que disfruto de la visita.

Cuando a las 16:00h salimos de la casa del parque hace mucho calor. Estamos en agosto en plena ola de calor y aunque hasta el momento hemos estado a gusto, ahora la temperatura ha subido mucho y no sé puede hacer nada. Buscando un lugar donde refrescarnos y descansar, damos con las piscinas naturales de Salduero en uno de cuyos márgenes, bajo la sombra de un árbol echamos la toalla. Disfrutamos de un baño refrescante y nos tumbamos a descansar.

Pasadas unas horas la temperatura es más soportable, así que nos dirigimos al paraje de Castroviejo cuyas caprichosas formaciones rocosas modeladas a largo de miles de años por la erosión y conocidas como “berrocales”, salpican sus verdes prados. 

Tenemos poco tiempo, así que nos dirigimos directamente al mirador. Recorremos sus escaleras y pasarelas, y con las últimas luces del día llegamos al punto más elevado donde disfrutamos de las vistas, tanto de las curiosas formaciones rocosas como de los pinares del valle del Duero y sus montañas, en un entorno natural de ensueño.

Ha sido un completo día en la comarca soriana de Tierra de Pinares, también conocida como Soria Verde. Un rincón con innumerables atractivos, del que solo hemos visitado la Laguna Negra, las piscinas naturales de Salduero y el paraje de Castroviejo. Estoy ansioso por regresar y descubrir otros muchos tesoros que encierra esta injustamente olvidada provincia de Soria.

¡Hasta otra!

Galería de fotos

Mapa de la ruta