Esquí de montaña en el valle de Arán. Ascensión al Montardo

Tras nuestra ascensión con esquís de montaña a la Tuca de Beret (2.589 m) en el Valle de Arán, que os conté en mi última entrada, Gerard y yo decidimos que al día siguiente nos íbamos al Montardo, una actividad más interesante, variada y ambiciosa.

El Montardo o Montarto (2.833 m), cuyo nombre proviene de monte alto (pese a no ser la cima más alta de la zona), es una de las montañas más emblemáticas del Valle de Arán. Está situado en el eje axial pirenaico y su impresionante silueta resalta desde lejos, especialmente desde el valle de Valarties al que domina completamente. Aún no siendo la más alta del valle si es de las más bellas y su ascensión es muy popular e inexcusable para cualquier pirineista por el extraordinario panorama desde su cumbre. El descenso con esquís es variado e interesante aunque en mi caso creo que es de los peores que recuerdo en mi vida. No así el que hizo mi compañero Gerard que fue fino y elegante.

A las 5:30h de la mañana salíamos de casa desayunados y somnolientos y nos dirigimos en coche, primero a Arties y luego por el valle de Valarties hasta el parking de Pont de Rèssec (1.380 m). Allí aparcamos, cargamos los esquís y las botas en la mochila y comenzamos nuestra ruta siguiendo el GR 11, primero por una pista forestal hasta el Pontet de Rius (1.650 m) y luego por un empinado y hermoso camino, que discurre por un bosque de pinos y abetos, hasta el refugio de la Restanca (2.000 m) situado en la punta este de la presa de la Restanca. Poco antes de llegar al refugio nos calzábamos los esquís.

Tras una breve parada en el refu para hidratarnos y comer algo continuamos nuestra ruta dirección sureste por la variante GR 11.18 remontando la Canal de Güella Crestada, un embudo que en pronunciada pendiente se dirige al Estany de Cap de Port (Estanh deth Cap deth Pòrt) y al que ascendimos haciendo zig zags. En este punto un amplio valle se abre con el siguiente objetivo, el Port de Güella Crestada (Coret d´Oelhacrestada), frente a nosotros. Justo antes de llegar tendremos que sortear una zona de grandes bloques tras los cuales abandonamos el GR y giramos a la izquierda cambiando nuestra dirección hacia el norte para afrontar las últimas pendientes.

Ascendimos una pala que discurre junto a la cresta oriental y llegamos a la antecima primero y a un collado después en el que el viento me hizo dudar de fueramos a hacer cumbre a pesar de lo cerca que nos encontrábamos de nuestro objetivo. Sin embargo, Gerard no dudó ni un segundo de nuestras posibilidades, así que le seguí y afrontamos la última subida, dura y empinada, que estaba helada. Por fin llegamos a lo alto del pico donde nos hidratamos, comimos algo y nos recreamos con las vistas.

Estando allí llegó otra pareja, a los que habíamos adelantado en la subida, y con ellos bajamos esquiando. Al igual que Gerard, también ellos bajaron muy bien.

La bajada la hicimos por el mismo itinerario que la subida a excepción de una canal estrecha y con pendiente que sale del collado que hay en la antecima, una alternativa que me propuso Gerard y que estuvo muy bien.

En el tiempo que habíamos estado en la cumbre la nieve había transformado completamente y no estaba del todo bien, peor cuanto más abajo. Hicimos el descenso junto a la pareja con los que habíamos estado en la cumbre y también con ellos una última parada en el refugio donde tomamos un tentempié. Solo nos quedaba volver a atravesar el bosque y la pista para dar por concluida nuestra actividad. Al igual que por la mañana echamos los esquís y las botas a la mochila en el último tramo.

Después de la intensa ruta y de descansar un buen rato nos fuimos a Vielha a tomar unas cervezas y a programar la actividad del día siguiente que os contaré en el próximo artículo

Galería de fotos

Mapa de la ruta