Escalada en el Pequeño Cervino. Vía Momentos carrozas (210 m, V+)

Otro fin de semana de escalada con los Carrozas Climbing. En esta ocasión nos fuimos al Pequeño Cervino, que aunque he conocido este año ya he estado en varias ocasiones ya que es terreno de juego habitual de los Carrozas. Se encuentra en la Sierra de Orihuela, en la pedanía de La Aparecida (Alicante) y en esta ocasión nos juntamos un total de nueve amigos, cuatro de Elda (Domingo, Juanan, Julio y Salvador) y cinco de Alicante (Carlos, Manolo, Fermín, Raúl y yo).

Cuando llegamos al parking el equipo de Elda nos esperaba. Sin prisa pero sin pausa preparamos el material y nos pusimos en marcha hacia el pie de vía. Una vez allí nos dividimos en cuatro cordadas para escalar por dos vías paralelas que se encuentran a la derecha de la pared: Momentos Carrozas (210 m, V+) y Delincuentes de lo inútil (190 m, V+) que como casi todas las vías de la zona están semiequipadas.

Fermín, Manolo Raúl y yo nos metimos en Momentos Carrozas. Comenzó escalando Raúl que fue mi compañero de cuerda.

Reseña de la vía

L1 (V+, 60 m): Una larga placa de V equipada con varios seguros nos deja en un pequeño techo que hay que superar por su izquierda (V+). El techo está equipado con parabolts y tras superarlo se encuentra la reunión.

L2 (V, 40 m): Otro largo de placa más sencillo que el anterior pero con menos seguros. Lo hice en cabeza y disfruté un montón.

L3 (III, 60 m): Largo de transición que es compartido con la vía Delincuentes de lo inútil y claro, éramos tantos escalando que aquello parecía una manifestación. Hay que salir hacia la izquierda buscando un estrechamiento tras el cual hay una grada donde está la última reunión. Solo hay un seguro en todo el largo.

L4 (V+, 50m): El largo más difícil de la vía. Los primeros pasos son fáciles y nos conducen a un muro vertical algo más técnico de lo que a priori parece. Aunque para superar este muro hay que apretar (V+/6a) está cosido de parabolts. Una vez superado, las dificultades disminuyen y se llega a la última reunión.

La bajada se hace hacia la derecha (mirando a la pared) primero por la cresta de la montaña y luego por un camino algo desdibujado pero marcado con hitos que conduce a un barranco primero y que luego sigue por el bosque de pinos, que lamentablemente se han secado debido a una plaga.

Como siempre quiero agradecer a los Carrozas su generosidad, escalar con ellos es diferente: rapidez, eficacia, buen rollo y tranquilidad. Con poca gente escalo tan bien como con ellos, y como siempre antes de comer estábamos en casa, un lujo. Eso sí, hacer fotos es muy complicado debido a la rapidez de la progresión.