El Cavall Bernat es pese a su modesta altura (587 m) y a no ser la más alta de la Sierra Corbera, la montaña más significativa de este sistema montañoso y una clásica del excursionismo valenciano. La continuidad desde su cima hasta el observatorio forestal de l’Ouet pasando por la Cruz del Cardenal y recorriendo la cresta de Matxo Flac está reservada a montañeros o senderistas con experiencia, ya que las trepadas y destrepes -aéreos y expuestos- son continuos.
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La ruta que a continuación propongo discurre por la Sierra Corbera situada entre Alzira y Tavernes de la Valldigna, en la comarca valenciana de la Ribera Alta.
Se trata de la primera sierra al sur de la ciudad de Valencia, por lo que ha sido desde hace décadas, objetivo para montañeros de esta ciudad y por extensión de toda la Comunitat Valenciana.
El Cavall Bernat pese a no ser la montaña más alta de la sierra, título que con 626 m ostenta la Ratlla, es por morfología, entorno y desnivel la más significativa.
Cavall Bernat y cresta de la Lloma del Matxo Flac desde La Murta.
Larga, exigente, completa e interesantísima ruta que comienza con la ascensión de los picos Cavall Bernat, Cruz del Cardenal y Orelles d’Ase. Después recorre la afilada cresta de la Lloma del Matxo Flac hasta el observatorio forestal l’Ouet, para volver al punto de inicio por la Casella, el Pas del Pobre y el monasterio de la Murta.
Casi 20 kilómetros de longitud, más de 1.100 metros de desnivel, trepas y destrepes expuestos y delicados, y tramos fuera de senda la convierten en una actividad reservada a montañeros o senderistas experimentados.
Si te sientes preparado no te la pierdas, no te dejará indiferente.
Acceso
La ruta comienza aquí, en el parking del Paraje Natural la Murta y la Casella.
Salgo de El Campello antes de que amanezca ya que tanto la ruta como el acceso son largos y el día (hoy es 30 de diciembre) corto. Me incorporo a la AP-7 dirección Valencia y la sigo durante 117 kilómetros hasta la salida 59, la de Cullera y Sueca. Entro en el casco urbano de Favara donde callejeo buscando la CV-510 que tomo dirección Alzira.
Paso junto a Llaurí y Corbera, y antes de llegar a Alzira me desvío por un camino asfaltado a mano izquierda. El punto exacto tiene una señal que indica Forn de Carrascosa y Polinya, pero ojo la señal indica a la derecha y hay que ir a la izquierda.
Siguiendo este camino durante poco más de 4 kilómetros llego al parking y área recreativa del Paraje Natural la Murta y la Casella. El parking es amplio y la zona recreativa dispone de varias mesas y bancos.
Paraje Natural Municipal «La Murta y la Casella»
El Paraje Natural la Murta y la Casella es un espacio protegido desde 2004 que se encuentra en el término municipal de Alzira, dentro del LIC Serra de Corbera, entre las Sierras del Cavall Bernat i de Les Agulles.
Se trata de un área de elevado interés ambiental con importantes valores naturales, paisajísticos, culturales y arqueológicos que la hacen merecedora de protección y conservación.
Tiene un microclima con temperaturas suaves y un alto grado de humedad que permiten el desarrollo de gran cantidad de formaciones vegetales, algunas de las cuales son endémicas. Fresnos de flor, espinos albares, carrascas, laureles, madroños, durillos y mirtos -especie que en valenciano, murta, da nombre al enclave- son algunas de las especies que podemos encontrar en sus montes y valles.
Su alto valor paisajístico queda patente en las agrestes y abruptas sierras que flanquean fértiles y verdes valles. La intensa karstificación da lugar a un paisaje de gran contraste y belleza.
Además cuenta con un interesante patrimonio histórico y cultural cuyo protagonista es el Monasterio de los Jerónimos, declarado Bien de Interés Cultural. De él destacan las ruinas del propio monasterio, la Casa Señorial, el conjunto de acueducto y balsas, y un nevero.
Pero vamos a la ruta. La he dividido en cuatro partes ya que podrían, excepto la tercera, hacerse individualmente. Son las siguientes:
- Ascensión al Cavall Bernat desde el parque de la Murta.
- Desde el Cavall Bernat a las Orelles d’Ase pasando por la Cruz del Cardenal.
- Cresta del Llom de Matxo Flac hasta el observatorio forestal de l’Ouet.
- Vuelta por la Casella, el Pas del Pobre y el monasterio de la Murta.
Ascensión al Cavall Bernat desde el parque de la Murta
El Cavall Bernat, cuya abrupta cara suroeste es visible desde el parking, es el primer objetivo montañero de la jornada.
Me dirijo a la entrada del Valle de la Murta donde hay un punto de información con una caseta y varios paneles informativos.
Desde aquí las posibilidades para subir esta montaña son varias. Yo voy a seguir el PR-CV 335 que sin pérdida, aunque dando un pequeño rodeo conduce hasta su cima.
Esta primera parte de la excursión es muy fácil de seguir porque, aunque hay multitud de cruces y desvíos, todos están bien señalizados con postes verticales, además las señales blancas y amarillas de este tipo de sendas balizadas son abundantes. Basta con prestar atención.
Así pues, siguiendo las señales cruzo unos campos de cultivo abandonados, asciendo por una pista conocida como de La Solana y me incorporo a una estrecha senda que conduce primero al cordal de la montaña y por último a la cima.
Hasta aquí un cómodo paseo que cualquier senderista podrá acometer sin problema. A partir de este punto la cosa va cambiando poco a poco.
La cumbre del Cavall Bernat ofrece una panorámica espléndida. Al norte la gran llanura formada por el valle del Xúquer, en la que arrozales, huertas y la Albufera se extienden. Detrás la ciudad de Valencia y el mar Mediterráneo con multitud de barcos esperando para entrar a puerto. Solo la Serra de les Raboses de Cullera rompe la monotonía de esta inmensa planicie. Puedo divisar gran parte de la Ribera Baixa y Alta.
Al sur el Montduver y las montañas de Alicante, desde el Montgó al Montcabrer. Al suroeste el Mugrón lindando con Albacete y al oeste el Macizo del Caroche, Muela de Cortes y Hoces del Cabriel.
En un plano muy distinto la continuidad de la Sierra de Corbera hacia el sureste me permite divisar la actividad que tengo por delante. Una cresta que resulta casi exótica por su exhuberante frondosidad, pero que parece impracticable y ante la cual me siento pequeño e intimidado. Un paisaje de excepcional belleza cuyo contraste con la llanura litoral y el valle del Xúquer resulta aún más hermoso.
Desde el Cavall Bernat a las Orelles d’Ase pasando por la Cruz del Cardenal
El descenso del pico por una impresionante y vertical canal, que destrepo con sumo cuidado, es un pequeño aperitivo de lo que se avecina.
Tras bajar la canal me incorporo a un sendero que conduce a un segundo destrepe, éste mucho más corto y sencillo. Justo después se encuentra el enlace con el PR-CV 334, ruta balizada que tiene su origen en el puente de Felipe II junto a las ruinas del Monasterio de la Murta, y que termina en mi próximo destino, la Cruz del Cardenal, a cuya cima llego tras un pequeño rodeo por el oeste.
A las vistas que acabo de disfrutar desde lo alto del Cavall Bernat debo añadir la visión de, precisamente este pico que desde aquí muestra su cara más agreste.
Continúo hasta un collado donde me entretengo hablando con un montañero local que conoce bien la ruta que me dispongo a realizar y sobre la que me da varias pistas y consejos. Nos despedimos y pongo rumbo a la primera Orella d’Ase.
Un despiste me obliga a dar un rodeo, así que vuelvo sobre mis pasos y poco después corono la citada montaña.
La visión de la segunda Orella d’Ase desde aquí es descorazonadora, su ascenso parece literalmente imposible. La montaña se encuentra bien defendida por una combinación de murallas rocosas y espesísima vegetación que parece infranqueable.
Hago una media ladera siguiendo una senda confiado en que la perspectiva este exagerando la verticalidad y conforme me acerco compruebo que efectivamente así es. Existe un paso y además es bueno.
Unas trepas bastante sencillas y disfrutonas me conducen a la segunda Orella d’Ase que tiene en su cima un monolito a modo de vértice geodésico y un buzón de comentarios.
Cresta del Llom de Matxo Flac hasta el observatorio forestal de l’Ouet
Este tercer tramo es sin duda el más técnico y delicado de la ruta, desde aquí hasta el observatorio de l’Ouet no caben errores. Además las marcas e hitos desaparecen y hay que guiarse únicamente por la intuición.
Sin embargo, también es el más entretenido y divertido, con trepas y destrepes constantes sobre roca sorprendentemente buena.
Comienzo bajando la segunda Orella d’Ase, que es no solo técnica y delicada, además expuesta. De hecho, hay una cinta plana situada en un pináculo desde la que es posible montar un rápel.
Hago un intento de bajar por la canal por donde, en caso de haber traído cuerda, habría rapelado, pero, aunque se ve factible, no me termina de convencer.
Así que vuelvo sobre mis pasos y encuentro una pared algo tumbada y con buenos agarres situada ligeramente más al sur. Sí, bajar por aquí es más sencillo.
Sin embargo, cuando llego abajo me encuentro completamente rodeado de vegetación y resulta imposible continuar. Para solventar la situación me encaramo a la pared y hago una travesía a la derecha buscando algún indicio de sendero. No lo encuentro, pero salgo a la cresta y siguiéndola continuo.
El juego ha comenzado, las subidas y bajadas sobre el filo de la cresta se suceden. A ratos cojo trochas de sendero pero son cortas y la progresión sobre la roca es en general más cómoda debido a que una espesa vegetación lo cubre todo.
Llego a una pared donde encuentro una trepada algo más larga y vertical (aunque igual de sencilla que las que vengo haciendo), que conduce hasta una cota sin nombre a 559 metros, y al Llom del Matxo Flac (585 m) después.
Tras la cima me encuentro un destrepe sencillo. Le sigue un tramo de continuas trepadas cortas que conduce al último obstáculo reseñable de la cresta. Se trata de un destrepe delicado, que termina en un collado conocido como Portell de les Orelles d’Ase.
Desde aquí hasta el observatorio forestal de l’Ouet sigo una senda poco definida que a ratos discurre a un lado de la cresta para luego saltar al otro. También encuentro trepas aisladas, pero más cortas y menos expuestas que las anteriores.
Vuelta por la Casella, el Pas del Pobre y el monasterio de la Murta
El observatorio forestal de l’Ouet es una pequeña y original construcción con forma de iglú en lo alto de la montaña.
Aquí terminan las trepas, destrepes y dificultades, así que me permito un momento de relax y descanso. Aprovecho para hidratarme y comer, y me entretengo conversando con dos chicas que encuentro a mi llegada.
Es el momento de echar la vista atrás y observar el dorsal de la sierra que acabo de recorrer. El Cavall Bernat y la Cruz del Cardenal se ven lejanas y el resto de la cresta se muestra en toda su dimensión. Estoy contento y muy satisfecho.
En todo caso no me entretengo más de la cuenta, ya que, aunque la vuelta discurre sendas balizadas y no ofrece ninguna dificultad, todavía tengo que recorrer casi 10 kilómetros y apenas quedan dos horas de luz.
Existen dos posibles bajadas ambas ramales del PR-CV 304. Una más rápida y directa por un estrecho paso en la cara sur, y otra por el cordal que traigo desde el Cavall Bernat.
Cojo esta última, así completo el recorrido de la sierra por su filo, aunque aquí el filo se ha suavizado hasta convertirse en loma.
No tardó en llegar a un collado donde hay un poste vertical con las opciones que ofrece este PR desde aquí. Siguiendo de frente La Ratlla y el Puntal de Massalari. A la izquierda la cueva de La Galera y a la derecha la Casa Forestal y bar La Casella. Me gustaría conocer la cueva de La Galera, pero no creo que me dé tiempo a regresar de día, así que me dirijo a La Casella.
Lo hago por una agradable senda que discurre paralela a la sierra y que termina en una pista forestal. Paso junto a un recinto vallado donde se supone que hay ciervos pero no veo ninguno. No sé si los habrán trasladado.
Poco después llegó al área recreativa y el bar la Casella, un buen campo base desde el que iniciar excursiones por esta sierra.
¡Cómo me alegro de haber traído la mascarilla! De otro modo no podría entrar a tomar algo, que es lo que hago. Estoy sediento y mi cantimplora casi vacía, así que esta parada me sirve para reponer líquidos y afrontar la última parte de la ruta con las pilas a tope.
La continuidad es por un camino asfaltado conocido como Solana de la Casella, que sigue las marcas del sendero balizado GR-236. El valle por donde discurre es sencillamente delicioso. A mi izquierda, en el fondo del valle hay un enorme campo de naranjos, a la derecha la sierra y enfrente el reconfortante sol de invierno que cada vez está más bajo.
Después de tres kilómetros abandono el asfalto por un desvío a mano derecha que está perfectamente señalizado y que asciende en fuerte pendiente a un punto conocido como Pas del Pobre. Se trata de un collado en la Serra de la Murta que permite pasar de una vertiente a la otra.
Nuevamente la senda es preciosa, con una vegetación tan exuberante que por momentos oculta completamente el camino, algo sorprendente teniendo en cuenta que se encuentra en la cara sur de la montaña.
Aunque personalmente me encanta el estado de la senda, quizá alguna institución debería plantearse mantenerla algo más limpia de vegetación, ya que se trata de una ruta balizada y promocionada a nivel turístico. Es el GR-236 también conocido como Ruta dels Monestirs.
Curiosamente en la vertiente de umbría, aunque la vegetación es aún más densa, el camino se encuentra más limpio, supongo que estará más transitado.
Haciendo una media ladera descendente llego al Monasterio de la Murta, un lugar con mucha magia en el que merece la pena detenerse.
Solo me queda recorrer un kilómetro por pista para regresar al punto de inicio y dar por terminada esta completísima ruta.
La ascensión al Cavall Bernat, Cruz del Cardenal y Orelles d’Ase, y la continuidad por la cresta de Matxo Flac, es, a pesar de discurrir por montañas de modesta altura, una actividad montañera en toda regla. Realizarla en solitario con la incertidumbre de no saber que vas a encontrar, añade un plus a esta magnífica ruta que he disfrutado sobremanera. La recomiendo a montañeros y senderistas expertos. Y si las actividades técnicas no son lo tuyo, no dejes de conocer los valles de la Murta y la Casella, tienen excursiones para todos los públicos y edades en un entorno excepcional. Vuelvo enamorado de este lugar.
Galería de fotos
Mapa de la ruta
Resumen de la actividad
Entorno y medio | |
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Ribera Alta | |
Sierras de Corbera y la Murta | |
Espacio natural protegido | |
Cielo despejado y sin viento. Temperatura agradable | |
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