Senderismo familiar en la Font Roja

La ruta que a continuación reseño comienza y finaliza en Ibi, discurre en su mayoría por el Parque Natural de la Font Roja y atraviesa lugares de gran interés medioambiental y paisajístico. La actividad no es muy dura y resulta perfecta para hacer con niños y mayores. Nosotros la disfrutamos en familia en un grupo de 10 personas con edades comprendidas entre los 5 y los 73 años. Los componentes éramos: Mateo, Pau, Mario, Berta, Vero, Cris madre, Elena, Cris abuela, Luís y yo.

Al igual que en nuestra última excursión familiar por la Font Roja, que hicimos las pasadas navidades, comimos en el Mas de Tetuán aunque es el único punto que comparten ambas rutas. Si bien las dos discurren por el mismo espacio natural protegido, son excursiones con ambientes y paisajes muy diferentes, ambas adecuadas para hacer con niños. Recomiendo realizar las dos para tener una visión más amplia de este parque natural. También es posible hacer ambas actividades en un única jornada, eso sí, mejor sin niños.

Acceso

Desde Ibi tomamos la carretera CV-801 dirección Banyeres de Mariola. A unos 200 metros la carretera cruza el barranco de los Molinos. Justo antes sale una pista a mano derecha en la que nos podemos internar y dejar el coche en un pequeño aparcamiento. Ojo porque la zona suele estar concurrida y puede que no haya sitio. Si ese es el caso, se puede dejar en la salida de Ibi junto a un fábrica abandonada.

Senderismo con niños. Barranco de los Molinos – Mas de Tetuán – Ibi

Comenzamos a caminar siguiendo la pista de tierra dirección norte por el cauce del barranco a través del PR-CV 127. Esta primera parte alberga uno de los conjuntos hidráulicos más relevantes de la provincia de Alicante. En el siglo XVI llegó a haber 8 molinos aunque en la actualidad solo quedan 4.

El sendero recorre el curso del barranco a la sombra de una espesa vegetación de ribera en la que abundan chopos (Populus nigra) y olmos (Ulmus minor). Va encajonado entre paredes de caliza cubiertas por pino carrasco (Pinus halepensis), encinas (Quercus ilex) y múltiples especies de monte bajo. Una acequia que suele llevar abundante agua baja por fondo del barranco.

El barranco se va abriendo al tiempo que llegamos a un área recreativa acondicionada con mesas y columpios. Es un lugar agradable donde mucha gente viene a pasar el día. Sin embargo nosotros continuamos nuestro camino por la pista hasta llegar a unas casas de campo. Encontramos entonces un desvío en el que tomamos el sendero de la derecha. Este sale a otra pista y a otro cruce. Nuevamente cogemos el camino de la derecha.

Tras un breve zigzagueo vemos una señal que nos indica que nos internamos en el parque natural. Un poco más adelante encontramos otro desvío en el que abandonamos el sendero balizado que veníamos siguiendo, el PR-CV 127, y continuamos por una estrecha senda a mano izquierda que sube monte arriba. La masa forestal, bastante densa, está ahora formada principalmente por pino carrasco.

Tras una dura subida, el sendero se suaviza y gira a la izquierda por un camino de herradura poco marcado que desciende en fuerte pendiente al fondo de un barranco. Sigue siendo el de los Molinos aunque en su parte alta.

La bajada es algo delicada ya que hay mucha piedra suelta y hay que ir con atención para evitar resbalones. Tras llegar al fondo del barranco hay que volver a subir buscando el cordal de la montaña que tenemos enfrente. En la cuerda de la montaña nos cruzamos con el GR-7 y el PR-CV 127 (coinciden en este tramo) que seguimos dirección este. Flanqueamos la montaña y tras otra subida llegamos al Mas de Tetuán, lugar perfecto para comer ya que hay un par de mesas de madera bajo un agradable pinar. También hay un precioso tejo (Taxus baccata), rareza botánica poco propia de esta latitud, que tenía un significado místico y sagrado en cultos paganos precristianos.

Muy cerca del Mas de Tetuán hay un geocache escondido que aprovechamos para buscar. No es el único de la ruta, hay otro junto al área recreativa del barranco de los Molinos, por el que pasamos por la mañana, pero eso no lo encontramos. El geocaching consiste en esconder objetos, geolocalizar su posición y hacerla pública en sitios web especializados para que otras personas puedan efectuar su búsqueda. Es una actividad que a los peques les llama mucho la atención y que es perfecta para combinar con el senderismo con niños.

Durante la comida estrené mis nuevos cubiertos de montaña Nextool compuestos por tenedor, cuchara y navaja. Son prácticos, ligeros y de excelente calidad. Desde aquí los recomiendo.

Después de comer, del geocaching y de descansar un rato continuamos nuestra ruta de vuelta a Ibi siguiendo el PR-CV 26.

Lo que queda de ruta es un agradable descenso. Durante la primera parte de esta bajada el bosque sigue siendo bastante espeso, pero tras pasar el Mas de Foiaderetes la densidad arbórea disminuye.

El último tramo de la ruta puede resultar delicado para personas poco habituadas a caminar por montaña. En realidad lo único que exige es un poco de atención. Por lo general los niños no suelen tener problemas en este tipo de terrenos más allá de los miedos que les podamos transmitir los mayores. Así pues, mientras no nos pidan ayuda, es mejor dejarlos a su aire, se defienden mucho mejor que nosotros.

Nuestra jornada senderista en familia terminó (al menos para de la mitad del equipo) con una visita a Asoka. Mi hijo Pau, que durante la ruta se había quejado, no tuvo inconveniente en pasear perros de la asociación durante un par de horas más, lo que demuestra que los niños en el monte, más que cansarse, se aburren.

Por cierto, si estás interesado en adoptar un perro te invito a leer el siguiente artículo donde Jorge, la persona que hay detrás del blog, explica con detalle todo lo que necesitas saber.

Galería de fotos

Mapa de la ruta