Senderismo en Cazorla. Monte Calar – embalse de la Bolera

La ruta senderista que os voy a contar es la tercera y última que hicimos durante un trekking de fin de semana en el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas (las otras dos las puedes leer aquí y aquí). En la jornada anterior habíamos hecho un vivac aunque no en el lugar planificado, la Nava de San Pedro, porque no nos dió tiempo a realizar la actividad completa. El caso es que nos encontrábamos en el Torcal de las Ovas, muy cerca de monte Calar (1.842 m) en la sierra del Pozo, y aunque teníamos planificado recorrer todo el cordal de dicha sierra y terminar en el pico Cabañas (2.026 m) cambiamos de idea porque andábamos muy escasos de agua y la moral del equipo estaba un poco baja.

El grupo lo formábamos Natalia, Gérard, Poli, Lidón y yo y decidimos tomar el camino más rápido para volver a la Casa del Molinillo, en el embalse de la Bolera, donde habíamos dejado el coche dos días antes. Desde el lugar en que nos encontrábamos tuvimos que subir monte a través por unas bellas formaciones kársticas, pasando además junto a varias dolinas. Llegamos a lo alto del calar y allí dimos con un amplio camino que era el que habíamos localizado en el mapa y que nos conduciría al embalse de la Bolera. Este camino me sorprendió por su belleza, no solo la del entorno, sino la del propio camino. Sin embargo me apenó mucho ver el estado en que se encontraba, totalmente abandonado. Éste tipo de caminos es un riquísimo legado histórico, cultural y etnográfico que si no se mantiene se va perdiendo y es una pena.

Pasamos por un pequeño vallecito, junto al pico Caballo de las Águilas (1.681 m), donde hicimos un alto en el camino para almorzar y disfrutar del espectacular entorno. Tras la breve parada continuamos nuestro camino hasta el collado de los aserradores. Desde aquí en descenso llegamos a una pista de tierra que tomamos a nuestra derecha (dirección sur). El lugar donde nos encontrábamos se conoce como el Calar de Juana y las Acebadillas. La pista pasa junto a un arroyo de aguas cristalinas llamado Arroyo Frío donde Poli y yo nos dimos un baño en una de sus pozas, el calor apretaba y nos sentó de maravilla.

Continuamos en ascenso hasta el collado de los Arredraeros y allí tomando el camino que baja en fuerte pendiente en dirección sur terminamos en el arroyo de Guazalamanco muy cerca ya de la pista del embalse de la Bolera y de la Casa del Molinillo final de nuestra actividad.

Un trekking senderista muy completo y variado que terminó en un bar muy cerca de la presa del embalse donde nos dimos un buen homenaje tanto de comida como de bebida. Habían sido tres intensos días de actividad recorriendo bellísimos parajes, profundos barrancos de aguas cristalinas y viejos bosques mediterráneos con la mejor compañía posible.

Galería de fotos

Mapa de la ruta