Montaña invernal en Almería

Este pasado fin de semana nos fuimos a hacer la ruta que os anuncie hace unas semanas en este mismo blog. La idea inicial consistí­a en hacer el canuto norte del Cerro del Almirez (2.517m) y bajarlo esquiando. La cosa cambio un poco pero en resumen se puede decir que nos salió un fin de semana redondo.

El equipo que salió de Alicante lo componiamos Lidón, Sento, Manuel y yo. Desde Almería y Granada vení­an Andrés, Buitre y Poli. Los del equipo alicantino llegamos antes (como era de esperar) que los andaluces al punto donde dejamos los coches y nos pusimos en marcha a eso de las 19.30h más o menos con intención de llegar de día al refugio de Piedra Negra. Sin embargo, al poco de comenzar a andar se nos hizo de noche, aunque inmediatamente salió una hermosa luna llena para acompañarnos. No hacía falta ni el frontal. Llegamos al refugio nos medio instalamos y yo bajé en busca del otro equipo que me encontré a mitad de camino.

Ya de vuelta en el refugio regamos nuestro encuentro con varias botellas de vino y una de pacharan que calleron a una velocidad de vértigo. Con el delirio provacado por el alcohol en la sangre improvisamos un rocodromo en el techo del refugio que estaba cubierto de nieve y pasamos un rato divertido. A eso de la una de la madrugada decidimos ir a dormir, y lo hicimos fuera del refugio ya que hacía una noche impresionante sin una brizna de viento. Echamos las esterillas sobre la nieve y dormimos la mar de a gusto bajo una luna llena espectacular.

A la mañana siguiente a las 6 nos levantamos y nos ponemos en marcha dirección a un pico que en el mapa llaman La Cumbre (2.489m), eso si, despacio, que parece que la noche anterior nos ha dejado alguna secuela. Manuel, Sento y Lidón van a pie. Poli, Buitre, Andrés y yo con esquis de travesia.

Lo que inicialmente se presentaba como un paseo tranquilo se complica y yo decido dejar los esquis junto a una roca 400m por encima del refugio y continuar a pie.

Una vez en la la cima del pico La Cumbre Andrés y Buitre se van, ya que han quedado a comer. El resto continuamos hasta el Cerro del Almirez, todos a pie. La ruta resulta es sencilla y muy tranquila y algo antes de la cumbre encontramos unos cortos corredores muy divertidos que usamos para subir hasta el pico. La vuelta al refugio la realizamos por el mismo camino. Poli recoge sus esquis y emprende la bajada al rato recojo yo los míos que estaban más abajo y le acompaño. Bajamos por un canuto muy sencillo pero la nieve no esta muy buena y eso sumado al cansancio hace que mi estilo no sea el mejor.

Ya en el refugio salimos a buscar agua que no encontramos, así que nos dedicamos a fundir nieve y a mezclarla con lo único que tenemos, leche condesada.

A la mañana siguiente volvemos a madrugar ya que queremos intentar el canuto de los arces por la cara norte del Cerro del Almirez. El tiempo a priori no pintaba del todo bueno, pero aún así decidimos acercarnos. Manuel nos acompaña hasta que llegamos a la raya de nieve donde se da la vuelta. El resto continuamos. Según nos acercamos el tiempo mejora, y nos permite disfrutar de esta cara norte que es espectacular.

La entrada al canuto (corredor) es muy agradable por una zona con unos arces increibles. Paramos a hacer un descanso junto a uno, y al momento nos metemos en faena.

Desde el pincipio me situo en cabeza abriendo huella. Me siento muy cómodo y a pesar de que Poli me dice de pasar delante preferiero ir todo el tiempo por delante. La ruta no es complicada, pero si impresiona por lo vertical del terreno. Eso si, tiene un par de resaltes algo más difíciles. En todo caso el adjetivo que mejor la define es disfrutona. A la salida del canuto es viento es infernal. En la cumbre busacmos un sitio tras una roca, descansamos, comemos algo y comentamos la ruta. Bajamos muy emocionados por la loma del Rosal donde paramos constantemente a ver parte de nuestra ruta.

A mi personalmente esta ascensión me ha gustado más que ninguna otra que haya realizado antes en nieve. Desde el principio ibamos todos muy motivamos, concentrados y todo salio muy bien. Tiene un punto de tensión justo para disfrutar sin sufrir y la nieve estaba muy bien, aunque en algún momento parecia que se nos venía abajo.

En fin es una ruta que recomiendo, y por supuesto esta zona de Sierra Nevada tan desconocida ofrece unas posibilidades montañeras increibles, así que espero volver pronto.

Gracias a Jesús Lidón por cederme gran parte de las fotos que ilustran este reportaje