Puerto de Tudons, Alcoleja y Penáguila en bici gravel

El puerto de Tudons en la sierra de Aitana es uno de los más populares de la provincia de Alicante en lo que a bicicleta de carretera se refiere. Una subida mantenida y sin descansos -tiene una pendiente media del 6%- que asciende desde el nivel del mar hasta más de 1000 metros de altitud. En esta ruta en gravel lo recorro primero desde Sella y luego desde Penáguila.

Como ya conté en el artículo rutas en bici por l’Alacantí, las únicas actividades que puedo hacer debido a una lesión que se está alargando más de lo previsto son bicicleta y natación.

Así que para estos 4 días de vacaciones que tengo en Semana Santa he hecho un plan muy modesto pero que me tiene motivado. Se trata de una escapada en bici durmiendo fuera. No voy a llamar a esta actividad bikepacking ni cicloturismo porque será una sola noche y además voy a dormir bajo techo. Sin embargo, es un primer paso para ir conociendo el fascinante mundo de los viajes en bicicleta.

Hoy es jueves santo. Después de trabajar preparo la bici, coloco las alforjas -que me ha prestado José de Ochoa Bikes– y a las cinco de la tarde salgo hacia Sella.

Con mochila -y en ocasiones grande- he pedaleado muchas veces, pero esta es la primera vez que lo hago con alforjas. Bueno con alforja, solo llevo una.

Siguiendo la carretera que une El Campello y Aigües primero, y la del embalse Amadorio después, llego a Orxeta. Hasta aquí es terreno que ya he recorrido en bici, pero a partir del cruce de Relleu es una carretera por la que nunca he pedaleado y aunque la conozco bien, hacerlo de este modo proporciona una nueva perspectiva. Esta tarde apenas circulan vehículos y disfruto de una relajada subida hasta Sella.

Cuando llego me dirijo a la plaza mayor ya que mi amigo Sento, en cuya casa voy a dormir esta noche, vive muy cerca.

Acabo de superar un desnivel de más de 700 metros, sin embargo no me ha parecido una ruta exigente, y es que la pendiente en ningún momento ha superado el 7%.

Paso una agradable tarde-noche con mi amigo a quién hacía tiempo que no veía. Las bebidas y cigarros especiados se suceden entre risas y aunque pierdo la noción del tiempo, creo que no nos acostamos muy tarde.

Por la mañana cada uno hace su plan. Sento se va con Coco, su cariñosisimo perro, a la ruta del agua. Yo desayuno en el bar Paco y continúo la ruta que empecé ayer en El Campello, hoy hacia el puerto de Tudons.

La subida que tengo por delante es la más dura en esta escapada de dos días. Diez kilómetros mantenidos entre curvas, campos de cultivo y finalmente espeso bosque mediterráneo.

Superó el cruce del barranco de Tagarina, luego el de Relleu y por último el de el Safari Aitana para enfrentarme a las rampas más exigentes de la ascensión. Un kilómetro antes de alcanzar la cota 1.024 -máxima altura del puerto- las rampas suavizan. En el alto, linde entre las comarcas de la Marina Baixa y El Comtat, hago una breve parada.

Me dejo caer hacia Alcoleja, pueblo típico de la montaña alicantina, quedando a mi derecha el espectacular barranco de Fraimó. Este barranco, una joya ecológica ubicada en un enclave espectacular, lo recorrí en un crudo invierno hace más de 10 años, primero de bajada rapelando y luego escalando la espectacular cascada de hielo que se había formado en él. Una experiencia, la de escalar en hielo en Alicante, poco habitual y muy original que dudo vuelva a repetir.

Cruzo Alcoleja y continúo en media ladera hasta Penáguila donde me dirijo al bar restaurante Nou Mirador a darme un buen homenaje. Disfruto de un breve descanso y de un almuerzo que me sabe a gloria.

Con fuerzas renovadas continúo la ruta con otra ascensión al puerto de Tudons, está vez por la vertiente norte. Esta subida, bajo un tupido bosque de pinos, es más corta y suave que la que recorrí a primera hora de la mañana. Además, en esta ocasión en lugar de llegar hasta el puerto, lo rodeo por la carretera del Safari Aitana y tras 6 kilómetros salgo nuevamente a la CV-770, que en cómoda bajada me conduce hasta Sella.

A mi llegada, Sento ya está de vuelta de su ruta y tras una ducha nos vamos a comer a la terraza del bar Paco en plena Plaza Mayor. Con el agradable sol de la tarde disfrutamos de las viandas que regamos con abundante cerveza.

Una siestecita y de nuevo en ruta para volver por donde vine ayer aunque ahora en sentido opuesto.

Serotonina, dopamina, unos cuantos kilómetros y mucho desnivel. Han sido dos días en bicicleta de gravel que me han permitido redescubrir magníficos lugares de la montaña de Alicante. ¡Hasta otra!

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Mapa de la ruta